El fidgeting podría ser la respuesta a por qué algunas personas con trabajos sedentarios se mantienen delgadas mientras otras con unos hábitos parecidos no paran de ganar peso graso. Hasta hace muy pocos años no se le había otorgado importancia a este aspecto, pero desde luego comienza a ganar peso en los últimos tiempos. Sobre todo ahora que mucha gente pasa el día en casa teletrabajando delante del ordenador.
Hay que tener en cuenta que la clave de salud es la combinación de los buenos hábitos. El hecho de estar delgado no siempre es sinónimo de mantenerse alejado de la enfermedad. Pero desde luego la acumulación de grasa a nivel visceral aumenta mucho el riesgo de desarrollar patologías. El fidgeting podría suponer una ventaja para evitar este problema.
¿Qué es el fidgeting?
Como fidgeting conocemos a los movimientos repetitivos que no son esenciales para una tarea en concreto. Dicho de otro modo, el típico gesto de las personas nerviosas de mover las piernas cuando están sentados, por ejemplo. ¿Y qué ventaja tiene esto? Pues que es actividad física. Y por lo tanto puede ayudar a incrementar el gasto energético cada día y a generar un balance negativo que favorezca la pérdida de peso o que al menos evite la ganancia de grasa.
Generalmente se ha asociado el figeting a las personas inquietas. Incluso existen terapias para tratar de ponerle solución. Pero quizás no sea algo tan negativo como se ha pensado hasta ahora. Más bien al contrario. Se puede emplear como estrategia para aumentar el nivel de actividad física diario en personas que están limitadas por cuestiones de horario, logística o trabajo. Al final todo suma, y en este caso lo curioso es que el impacto puede ser más que significativo.
Aunque el fidgeting puede ser síntoma de tensión, nerviosisimo, aburrimiento o TDAH, plantear un protocolo consciente y de algún modo controlado tiene aplicaciones terapéuticas que iremos viendo a continuación.
¿Puede el fidgeting ayudar a perder peso?
Puede parecer increíble, ya que los movimientos propios del fidgeting son cortos y poco intensos, pero esta práctica mantenida a lo largo de una jornada laboral puede incrementar el gasto energético en reposo un 20-30 %. Y existen varias evidencias al respecto. Se experimenta un aumento grande del flujo sanguíneo en los miembros inferiores y esto puede favorecer también la salud cardiovascular. Hasta un mejor control glucémico podría desprenderse de aquí, a pesar de que los niveles de insulina no parecen alterarse.
El fidgeting cuenta con otra ventaja, y es que ayuda a combatir el estrés y la ansiedad. Es una manera de matar el nervio en aquellas personas que son propensas a alteraciones en el estado emocional. Esto se podría reflejar en una menor sensación de apetito posterior o en la reducción de los atracones o de los episodios de alimentación sin control o sin hambre. Combinado con otras estrategias o con alimentos anorexigénicos, como ciertas infusiones, puede provocar un efecto más que interesante.
No obstante, las investigaciones científicas hasta el momento son limitadas. Desde luego existen estudios que muestran beneficios a nivel de pérdida de peso o de mejora de la composición corporal, pero es necesario experimentar con muestras más grandes e incluso con alteraciones en la función metabólica. Al final la capacidad del organismo de emplear las grasas como combustible energético puede hacer variar el resultado.
Por otra parte es posible encontrar artículos que relacionan la inquietud con un menor riesgo de mortalidad prematura. Probablemente por beneficios derivados del control del peso, de una menor inflamación y de más cantidad de actividad física.
Usos del fidgeting
Si el objetivo es mejorar la pérdida de peso o el control glucémico el fidgeting tendría sentido en el caso de pasar muchas horas sentado, trabajando por ejemplo. En este caso el mover una pierna o ambas puede facilitar el incremento en el gasto energético. No tiene por qué ser un movimiento constante, sino que se puede plantear en ciclos de 20-30 minutos. Incluso cabe la opción de poner una alarma para marcar estos momentos de actividad.
Al final estamos hablando de un gesto prácticamente involuntario que no resta capacidad de concentración en otras tareas, por lo que en ningún caso afectará a la productividad. Ahora bien, también hay que tener en cuenta que si se genera de manera espontánea y regularmente podría ser una indicación de que el estado de ánimo no se mantiene en un rango óptimo. Al final el fidgeting puede ser síntoma de ansiedad o preocupación. Hasta TDAH. En el caso de sospechar de cualquiera de estas alteraciones lo adecuado será contactar con un profesional.
Riesgos del fidgeting
El fidgeting es una práctica sin riesgo como tal. Más allá de que pueda resultar molesto para las personas de alrededor, no tiene un impacto negativo para el organismo. Más bien todo lo contrario. Facilita el retorno venoso, el control glucémico y también la pérdida de grasa. Desde luego evitar la acumulación de tejido adiposo a nivel visceral es determinante para conseguir un buen estado de salud. Y para ello no hay nada mejor que combinar una buena alimentación un grado mayor de actividad física.
Hasta podría favorecer el rendimiento cognitivo. Existe algún ensayo en el que se muestra que la práctica de fidgeting durante pruebas de atención mejora la capacidad de retención de información. Al final el movimiento consigue estimular áreas cerebrales que son determinantes para la función nerviosa. El sedentarismo es de lo peor que hay para la inteligencia y para la capacidad cognitiva.
En líneas generales el fidgeting parece una estrategia mucho más segura que el hecho de trabajar de pie. Y es que se ha demostrado que mantenerse de pie quieto es bastante nocivo para la circulación e incluso para la estructura musculoesquelética. Desde luego lo ideal es cambiar de postura cada poco tiempo y no mantenerse mucho quieto. La mejor postura es la que no dura. Así se reducirá la presión que sufren la espalda y la cadera, evitando dolores e incomodidades.
Ahora bien, es cierto que puede ser un indicador de riesgo cuando se emplea como conducta compensatoria. Esto sería algo típico de las personas que han desarrollado un trastorno de la conducta alimentaria. En estos casos se tiende a buscar de manera obsesiva una manera de incrementar el gasto energético diario para conseguir el objetivo que es perder peso, independientemente de que este ya se encuentra por debajo del umbral recomendado. Desde luego esta conducta no sería nada positiva para la salud.
Fidgeting para aumentar el NEAT
Uno de los objetivos del fidgeting como estrategia para perder peso es aumentar el NEAT, es decir, todo el gasto diario derivado de la actividad física que no se considera ejercicio o deporte. Hemos de tener en cuenta que personas que entrenan intenso una hora 3-4 veces por semana pueden no experimentar los resultados deseados si se pasan el resto del día sentadas. Por ello es clave incrementar la cantidad de movimiento.
Es cierto que para potenciar el NEAT lo ideal es salir a la calle a dar un paseo o realizar actividades domésticas. Esto contribuye también a despejar la mente y a lograr un beneficio añadido. Pero no todo el mundo cuenta con el tiempo necesario para llevar a cabo dichas tareas de manera diaria, por lo que el fidgeting puede resultar muy eficiente ya que se puede realizar al mismo tiempo que se trabaja.
Con ello es más sencillo que alcancemos un escenario de déficit energético, fundamental para potenciar la oxidación de las grasas y para consolidar una pérdida de peso. Esto contribuye a controlar los niveles de inflamación y de oxidación en el organismo, lo que a medio plazo se traduce en menor riesgo de enfermar. Ahora bien, como mencionamos anteriormente, cabe diferenciar el fidgeting como estrategia para aumentar el NEAT de aquel movimiento causado por una alteración del estado emocional que puede estar indicando la necesidad de intervenir terapéuticamente.
Como último apunte cabe destacar que el fidgeting, o incluso otras actividades asociadas al NEAT, nunca deben sustituir al trabajo de fuerza o de alta intensidad. Son complementos. Es el ejercicio físico con cierto nivel de esfuerzo el que provoca las mayores adaptaciones, garantizando el buen funcionamiento del organismo a medio plazo.
Referencias bibliográficas
- Pettit-Mee RJ, Ready ST, Padilla J, Kanaley JA. Leg Fidgeting During Prolonged Sitting Improves Postprandial Glycemic Control in People with Obesity. Obesity (Silver Spring). 2021 Jul;29(7):1146-1154. doi: 10.1002/oby.23173. PMID: 34159757; PMCID: PMC8231734.
- Johannsen DL, Ravussin E. Spontaneous physical activity: relationship between fidgeting and body weight control. Curr Opin Endocrinol Diabetes Obes. 2008 Oct;15(5):409-15. doi: 10.1097/MED.0b013e32830b10bb. PMID: 18769211.
- Fryer S, Paterson C, Stoner L, Brown MA, Faulkner J, Turner LA, Aguirre-Betolaza AM, Zieff G, Stone K. Leg Fidgeting Improves Executive Function following Prolonged Sitting with a Typical Western Meal: A Randomized, Controlled Cross-Over Trial. Int J Environ Res Public Health. 2022 Jan 26;19(3):1357. doi: 10.3390/ijerph19031357. PMID: 35162381; PMCID: PMC8834958.
- Pavey TG, Pulsford R. Fidgeting is associated with lower mortality risk. Evid Based Med. 2016 Jun;21(3):109. doi: 10.1136/ebmed-2016-110410. Epub 2016 Apr 15. PMID: 27083201.