Contenidos
- Sintomatología de la gastritis
- Factores de riesgo para la gastritis
- Tratamiento de la gastritis
- Dieta para la gastritis
- Alimentos recomendados en la dieta para la gastritis
- Alimentos a evitar en la dieta para la gastritis
- Diferencias entre hombres y mujeres
- Recomendaciones generales en la dieta para la gastritis
- Menú de ejemplo en la dieta para la gastritis
- Referencias bibliográficas
La dieta para la gastritis consigue reducir las molestias y la sintomatología causada por dicha patología, algo que incomoda mucho a quien la sufre. Lo primero que hay que dejar claro es que cuando hablamos de gastritis realmente nos referimos a la inflamación del estómago. Se presentan diferentes tipos de gastritis, aunque comúnmente hablamos de gastritis aguda o crónica.
- La gastritis aguda ocurre cuando hay una aparición rápida de inflamación que desencadena a su vez sintomatología.
- La gastritis crónica, en cambio, aparece en un período de meses a décadas y con sintomatología recurrente. El problema de este tipo de gastritis es que se predispone a una atrofia de la mucosa gástrica, mostrando displasia y pudiendo desarrollar cáncer gástrico.
De forma habitual, su diagnóstico se realiza tras la realización de una biopsia de la mucosa gástrica durante una endoscopia digestiva alta de forma rutinaria o por otras causas.
Sintomatología de la gastritis
Habitualmente, la gastritis cursa con síntomas como:
- Náuseas y/o vómitos
- Malestar digestivo
- Anorexia o pérdida de apetito
- Dolor epigástrico
- Hemorragia (en casos más graves)
- Anemia perniciosa
Una de las consecuencias habituales de la gastritis crónica es la atrofia y la pérdida de un tipo de células del estómago, las células parietales, que son las que secretan ácido clorhídrico y generan factor intrínseco, clave para una adecuada absorción de la vitamina B12, provocando entonces aclorhidria y anemia perniciosa.
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Factores de riesgo para la gastritis
Los factores de riesgo más habituales son la infección por H. pylori, una alimentación inadecuada, el uso excesivo y prolongado de ciertos fármacos como los antiinflamatorios no esteroideos (AINES), así como un consumo excesivo de alcohol, tabaquismo y la edad avanzada.
- Gastritis por Helicobacter pylori
Cabe mencionar que una de las causas más comunes de gastritis es la infección por H. pylori, una bacteria capaz de resistir al ácido estomacal y responsable de numerosos casos de inflamación crónica de la mucosa gástrica, pudiendo causar además de gastritis atrófica, úlcera péptica y cáncer gástrico.
Esta bacteria desencadena la inflamación de la mucosa, conduciendo a una atrofia, un deterioro de la funcionalidad y consecuentemente, a una reducción de la secreción de ácido gástrico y de enzimas digestivas y la aparición de síntomas como dolor abdominal alto, hinchazón, pérdida de apetito, pérdida de peso y anemia. Cuanta mayor inflamación el daño sobre la mucosa será más grave y por tanto, mayor probabilidad de infección por H. pylori.
Se sabe que factores como la obesidad, fumar, beber alcohol, tener preferencia por comidas picantes y fuera de casa, el consumo de carnes a la barbacoa o a la parrilla, de alimentos dulces, tés fuertes y el estrés prolongado impactan en la tasa de positividad sobre H. pilory.
La infección por H. pilory no se resuelve espontáneamente y las complicaciones y riesgos aumentan con la duración de la infección. Si no se trata, cerca de un 5% de las personas infectadas podrán progresar hacia una gastritis atrófica crónica.
El tratamiento erradicador en este caso se realiza con antibióticos, aunque la gastritis puede persistir durante años después.
- Otras causas de gastritis
El desarrollo de una gastritis crónica se correlaciona con otros factores, donde se incluyen los hábitos dietéticos, el estilo de vida y los factores genéticos. El estilo de vida influye no sólo sobre la función inmunitaria, si no sobre la secreción de ácido gástrico estomacal y sobre la barrera de la mucosa gástrica, pudiendo impactar en la aparición de infecciones gástricas.
Otras posibles causas de la gastritis son el uso crónico de ciertos fármacos, como el ácido acetilsalicílico y los AINES, el consumo crónico de alcohol, de ciertas sustancias erosivas para la mucosa, el tabaco o la combinación de cualquiera de los factores anteriormente mencionados.
Cabe destacar que una alimentación inadecuada y una mala salud en general, contribuyen tanto a la aparición como a la intensidad de la sintomatología y enlentecen el proceso de curación.
Tratamiento de la gastritis
Si la gastritis está provocada por H. pilory o por el uso de fármacos, lo esencial será eliminar los factores causales, siempre previamente diagnosticados mediante analíticas, pruebas de aliento o endoscopia digestiva con biopsia.
Se debe tener en cuenta que para el tratamiento de H.pilory habitualmente se dan, además de antibióticos, inhibidores de la bomba de protones (IBP), por lo que se debe valorar la supresión del ácido estomacal y sus posibles efectos adversos, al haber una disminución de la absorción de ciertos nutrientes y de posibles infecciones gastrointestinales, dado que el ácido gástrico supone una defensa frente a los patógenos de la dieta.
Cuando el resultado es negativo para H. pylori, no existen recomendaciones específicas para su tratamiento, por lo que dependerá de la sintomatología presente. Habitualmente se prescriben IBP de forma empírica como protectores de la mucosa, aunque también pueden utilizarse ciertos suplementos nutricionales o medicamentos a base de hierbas. En estos casos, los IBP han demostrado ser eficaces, pero no completamente seguros si el uso es a largo plazo.
Dieta para la gastritis
La dieta puede tener una gran implicación tanto en las causas como en el tratamiento de la gastritis. Aunque en muchas ocasiones es difícil atribuir una relación específica entre ciertos componentes de la dieta y la sintomatología que prevalece.
Además de lo anterior, la la dieta para la gastritis juega un papel clave tanto en la fase aguda como en la fase crónica. Uno de los objetivos de las pautas dietéticas será evitar causar una mayor inflamación y daño sobre la mucosa gástrica ya irritada, a través de alimentos fáciles de digerir y que nos permitan un vaciado gástrico adecuado.
Los betaglucanos procedentes de la avena son una fracción soluble de la fibra dietética, que cuando se disuelven absorben grandes cantidades de agua formando gomas de alta viscosidad. Al llegar al estómago, no sufren degradación enzimática y crean una capa de moco, ejerciendo una protección contra la irritación y la inflamación.
En este estudio, una dosis de 3g/día de betaglucanos no causó sintomatología digestiva y mostró una mejora de algunos parámetros inmunológicos y de las reacciones redox y una mayor concentración de ácidos grasos de cadena corta, con importante función antiinflamatoria.
Alimentos recomendados en la dieta para la gastritis
- Proteínas: Los alimentos proteicos amortiguan las secreciones gástricas de forma temporal, pero a su vez estimulan la secreción de gastrina, ácido y pepsina. Se aconsejarán carnes magras, como pavo, pollo o conejo y pescados blancos preferentemente. En relación a los huevos, se pueden consumir sin problema.
- Verduras y hortalizas: Al igual que para la población general, se recomiendan dos raciones al día, dando preferencia a las verduras cocinadas que a las crudas, por ser más fáciles de digerir. Los purés de verduras son buenas opciones.
- Frutas: Ocurre lo mismo que con las verduras, se recomendarán 3 raciones al día siempre que sea posible. Si son maduras y sin piel se facilitará la digestión. En este caso resultará interesante evitar los cítricos y las frutas ácidas por ser más irritantes de la mucosa.
Las frutas y verduras son fuentes esenciales de fibra dietética, lo que resulta fundamental para la regulación de la funcionalidad y de la salud gastrointestinal. Una ingesta suficiente de fibra promueve los movimientos intestinales, reduce el riesgo de reflujo, previene el daño en las mucosas y ayuda en la prevención de la infección por H. pylori.
Además, al ser ricas en ciertas vitaminas antioxidantes, como la E y la C, brindan protección a la mucosa. Si hay una baja ingesta de frutas y verduras en la dieta para la gastritis o ésta es inadecuada, habrá un mayor riesgo de deficiencia de vitaminas
- Cereales y legumbres: Los cereales suelen tener una buena tolerancia, por lo que se pueden consumir sin problema arroz, pasta, patata o pan. En las fases iniciales es posible que los integrales sienten peor, por lo que se deberán evitar o limitar. En relación a las legumbres, se pueden hacer remojos de al menos 12h para mejorar la digestión o consumir las lentejas rojas, que al no tener piel su tolerancia digestiva es mejor.
- Lácteos: Al menos en la fase inicial se limitarán los lácteos enteros, dando prioridad a los desnatados. Más adelante se pueden consumir los lácteos enteros, evitando aquellos con mayor contenido en grasas, como los quesos semi y curados y el yogur tipo griego.
- Grasas saludables. La calidad de las grasas sí es importante y debe hacerse de forma moderada, al menos en las fases iniciales de la dieta para la gastritis. Lo ideal es dar prioridad al aceite de oliva, pescados grasos ricos en omega – 3 y aguacate, siempre que haya buena tolerancia digestiva. Cabe mencionar que la ingesta moderada de grasas es esencial para preservar la integridad de la barrera mucosa gástrica además de que las grasas tienen un papel clave como portadoras y ayudando en la absorción de las vitaminas liposolubles. En este caso, los ácidos grasos omega-3 resultarán de gran interés por su efecto antiinflamatorio y antimicrobiano.
- Cocciones: Serán las mismas que para la población general; evitar rebozados, fritos o cocciones altas en grasas, priorizando la cocción al vapor, hervidos, papillote o salteados con poco aceite.
Alimentos a evitar en la dieta para la gastritis
La inclusión de alimentos ácidos en la dieta para la gastritis debe realizarse de forma individualizada, debido a que cada paciente siente una percepción diferente.
Al igual que ocurre con los alimentos recomendados, las recomendaciones serán similares que las que se dan para el resto de población general:
- Limitar los alimentos altos en grasas, dado que dificultan el vaciado gástrico y empeoran sintomatología. Aquí, se incluyen todos los ultraprocesados, carnes y embutidos grasos, quesos curados, cocciones con frituras o empanados…
- Evitar las carnes rojas y procesadas, como los embutidos y derivados, no sólo por su elevado contenido en grasas, sino por el contenido en aditivos y en sal que pueden ser irritantes de la mucosa gástrica.
- Bollería y derivados, por ser opciones muy altas en grasas y azúcares, lo que limita el vaciado gástrico e implica una mayor sensación de plenitud y de sintomatología.
- Alimentos picantes, por ser irritantes de la mucosa.
- Cafeína, presente en el té, café y bebidas energéticas.
- Alcohol, al ser un gran erosivo de las mucosas.
- Chocolate, dado que promueve la secreción ácida del estómago y su contenido en grasas dificulta el proceso de digestión.
- Edulcorantes: La ingesta de polialcoholes se relaciona con una mayor fermentación en el colon y de la sintomatología de cólicos, gases y borborigmos.
Diferencias entre hombres y mujeres
En un estudio realizado en China, se encontró que los desencadenantes dietéticos eran diferentes en hombres y en mujeres. En el caso de los hombres, el consumo de alcohol, los alimentos picantes, comer en un restaurante y tener preferencia por alimentos a la brasa / barbacoa, estuvieron asociados con un aumento de la sintomatología digestiva.
En cambio, en el caso de las mujeres, los factores desencadenantes se le atribuyen principalmente al consumo de dulces y a los horarios irregulares de comidas.
La disrupción circadiana conduce a un riesgo mayor de sintomatología digestiva. Comer en horas irregulares se asocia con dolor abdominal y a una mayor presencia de náuseas. El estilo de vida moderno habitualmente irrumpe sobre el ritmo circadiano, lo que se asocia a una mayor incidencia de patologías gastrointestinales.
Recomendaciones generales en la dieta para la gastritis
Las recomendaciones en la dieta para la gastritis se centran en reducir la irritación de la mucosa gástrica y en el manejo de la sintomatología presente, por lo que se recomienda:
- Evita posibles irritantes. Aquí se incluyen las comidas picantes, alimentos ácidos como los cítricos o el tomate y bebidas como el café, té, alcohol y bebidas carbonatadas.
- Ingiere al menos 2 raciones de verduras y 3 raciones de fruta al día para conseguir un aporte óptimo de fibra.
- Intenta llevar un horario regular de comidas.
- Realizar porciones más pequeñas de comida, pero de forma más frecuente, lo que evita que el estómago se llene en exceso y genere sintomatología.
- Introducir alimentos antiinflamatorios, como avena, plátano y ciertos tipos de verduras y hortalizas.
- Evitar comidas muy copiosas y altas en grasas, dado que se dificulta el vaciado gástrico y se aumenta el riesgo de reflujo y de irritación gástrica.
- Incorporar alimentos con microorganismos probióticos, como los productos fermentados (kéfir, yogur, chucrut…).
- Si fumas, deja de fumar o reduce su consumo.
- Evita el alcohol.
Menú de ejemplo en la dieta para la gastritis
DESAYUNO | Punta de cuchara de café descafeinado* con leche desnatada o bebida vegetal de avena + Pan de espelta* con aceite o aguacate* y jamón cocido 95% de carne | Infusión + Bol de yogur natural desnatado con manzana asada troceada y copos de avena finos |
COMIDA | Espirales de pasta con salteado de pollo, zanahoria y champiñones Plátano maduro | Lubina al horno con patata y verduras asadas (zanahoria, calabacín) Pera madura pelada |
MERIENDA | Vaso de leche desnatada o bebida vegetal con copos de avena | Tostada de pan de espelta* con aguacate* y queso fresco desnatado |
CENA | Puré de calabacín, zanahoria y patata Merluza a la plancha Yogur natural desnatado | Revuelto de dos huevos con pan de espelta* y espárragos verdes Yogur natural desnatado |
- Los alimentos marcados con un asterisco (*) se recomendarán siempre y cuando no desencadenen sintomatología y haya buena tolerancia, por lo que deben ser pautados de forma individualizada.
Referencias bibliográficas
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