¿En qué consiste la megarexia y cuáles son sus causas?
En líneas generales la megarexia es un trastorno alimenticio asociado a la obesidad. El individuo no es capaz de percibir el aumento de peso aunque este sea una realidad, por lo que no tiene consciencia acerca del empeoramiento progresivo de su estado de salud y trata de negarlo haciendo uso de argumentos falaces como «no estoy gordo estoy fuerte» o «soy de hueso ancho».
De hecho, existen varios ejemplos que circulan por redes sociales de personas con obesidad y sobrepeso que niegan los efectos nocivos sobre el organismo de dicha alteración, defendiendo su modo de vida y hábitos. Quizás uno de los más destacados sea un vídeo que se ha hecho viral de la influencer Mara Jiménez en la presentación de uno de sus libros.
Ahora bien, hay que destacar que la incidencia de la megarexia generalmente es mayor en los hombres, sobre todo a partir de los 40 años, pudiendo ser varias las causas de este trastorno alimenticio.
Causas de la Megarexia
Entre las causas de la megarexia podríamos destacar las siguientes:
- Desórdenes psicológicos.
- Factores sociológicos o educacionales.
- Alteraciones en la personalidad.
Síntomas de la megarexia
El síntoma principal de la megarexia es una visión distorsionada del cuerpo. La persona que sufre esta patología es incapaz de observar en su reflejo cómo realmente se encuentra su estado de composición corporal, por lo que podría estar ganando peso sin ser realmente consciente de ello. Teniendo en cuenta que la acumulación de grasa subcutánea y visceral en grandes cantidades repercute negativamente en la inflamación, y esta en la fisiología del sistema nervioso central, podríamos encontrarnos ante un bucle de retroalimentación positiva.
Además, la megarexia suele acompañarse con una escasa preocupación por la salud. De hecho el propio incremento de peso tiene su base en el mantenimiento de malos hábitos como el consumo de comida basura, el sedentarismo o la ingesta de alcohol con frecuencia.
Normalmente podríamos destacar un cuadro sintomatológico para sospechar que una persona sufre este problema:
- Distorsión de la realidad.
- Malos hábitos de alimentación y ejercicio.
- Ganancia de peso progresiva.
- Patologías cardiometabólicas.
- Miedo a la hora de mostrar su cuerpo.
- Odio o desprecio por la actividad física.
Consecuencias de la megarexia
A medida que pasa el tiempo la megarexia se vuelve un problema de salud cada vez más complicado y peligroso. A la alteración psicológica y emocional hay que sumarle las complicaciones fisiológicas a nivel metabólico e inflamatorio que se desarrollarán en el medio interno. Por supuesto el escenario es perfecto para terminar sufriendo obesidad, diabetes de tipo 2, síndrome metabólico y alteraciones cardiovasculares.
Y el tratamiento no es sencillo. Sin duda cuenta con más complicaciones que el ya difícil manejo del sobrepeso como tal. No solo hay que intervenir sobre los hábitos de vida, sino también sobre la conducta y otros aspectos emocionales que no cuentan con una solución a corto plazo. Por este motivo, y al igual que sucede con los trastornos de la conducta alimentaria, el tratamiento ha de ser multidisciplinar. Es conveniente combinar el trabajo de un nutricionista, un psicólogo especializado y un profesional de la actividad física. En ocasiones hasta podría ser preciso acudir a un psiquiatra para pautar un tratamiento farmacológico si existen estados depresivos o de ansiedad asociados.
Por otra parte, es fundamental el apoyo por parte del entorno, tanto de la familia como de las amistades. La persona que sufre megarexia ha de sentirse comprendida para tener las fuerzas suficientes a la hora de iniciar el tratamiento y el cambio. Hay que tener presente que la solución no es cuestión de días o de semanas, sino que se requiere una intervención continuada y sostenida en el tiempo, que genere buena adherencia.
¿La megarexia se puede prevenir?
Del mismo modo que sucede con otras muchas patologías crónicas y complejas, lo mejor siempre es apostar por la prevención. Una parte fundamental en este proceso serán los hábitos de alimentación y ejercicio que se inculquen y se mantengan desde la infancia. Esto ayudará a mantener bajo control el estado de composición corporal y a aumentar la concienciación sobre la salud. Y es que el consumo de alimentos de baja calidad ya durante las primeras etapas de la vida condiciona de manera muy negativa el funcionamiento de la fisiología en un futuro.
Por supuesto, ante los primeros síntomas o signos de la megarexia será fundamental acudir a un profesional para buscar e iniciar un tratamiento adecuado. Es más fácil de solventar el problema en su etapa inicial que cuando la persona ya ha convivido años con el mismo. Al fin y al cabo puede adquirir ciertos hábitos contraproducentes que formen parte de su estilo de vida y que sean muy difíciles de retirar en un futuro, como puede ser el consumo excesivo de alcohol o el sedentarismo.
Además es importante el trabajo de concienciación a todos los niveles. Es preciso difundir la importancia de mantener una alimentación saludable y de realizar ejercicio físico con frecuencia para prevenir cambios nocivos en el peso corporal o en el porcentaje de grasa. A día de hoy contamos con evidencias más que sólidas conforme la dieta y el ejercicio influyen de manera determinante sobre el riesgo de muerte prematura por cualquier causa, por lo que hay que incidir sobre ambas variables. Y por supuesto, será determinante controlar el uso que se hace de las redes sociales e incluso preparar manuales de buenas prácticas para los adolescentes, ya que estas pueden llegar a condicionar la percepción de la realidad o incluso los objetivos y creencias personales.
Referencias bibliográficas
-
- Shailendra, P., Baldock, K. L., Li, L. S. K., Bennie, J. A., & Boyle, T. (2022). Resistance Training and Mortality Risk: A Systematic Review and Meta-Analysis. American journal of preventive medicine, 63(2), 277–285. https://doi.org/10.1016/j.amepre.2022.03.020
-
- Swift, D. L., McGee, J. E., Earnest, C. P., Carlisle, E., Nygard, M., & Johannsen, N. M. (2018). The Effects of Exercise and Physical Activity on Weight Loss and Maintenance. Progress in cardiovascular diseases, 61(2), 206–213. https://doi.org/10.1016/j.pcad.2018.07.014