Contenidos
- ¿Qué es la testosterona?
- ¿Qué es la terapia de reemplazo de testosterona (TRT)?
- ¿Cuáles son los beneficios de la terapia de reemplazo hormonal?
- ¿Cuáles son los riesgos?
- ¿Una mujer puede hacer TRT?
- ¿Tiene sentido que todos los hombres hagan TRT?
- Diferencias entre el TRT y un ciclo de anabolizantes
- Referencias bibliográficas
En los últimos años se está poniendo de moda, sobre todo en Estados Unidos, un tratamiento conocido como TRT para mejorar la salud. Estas siglas significan terapia de reemplazo de testosterona. Básicamente se consume la hormona a través de fármacos para paliar la disminución natural de su producción e impedir así una reducción de la funcionalidad del individuo. Gracias a ello se puede prevenir la aparición de patologías como la sarcopenia, con todos los problemas que esta conlleva.
Pero antes de comenzar hay que hacer hincapié en la necesidad de contar con un médico especialista para iniciar un planteamiento de este estilo. No se debe jugar con el sistema endocrino, ya que su modulación es compleja. La TRT no está indicada para todo el mundo y no siempre los posibles beneficios superan a los potenciales riesgos. Siempre se ha de administrar con supervisión profesional y receta médica.
¿Qué es la testosterona?
La testosterona es una de las principales hormonas masculinas (andrógeno) sintetizada de forma natural en los testículos. Interviene en una gran variedad de procesos fisiológicos y se asocia con diferentes funciones. Entre ellas podríamos destacar:
- Mantenimiento de la salud ósea y muscular
- Incremento del deseo sexual
- Modulación de la producción de espermatozoides y de los glóbulos rojos
- Aumento de los niveles de energía y del estado de ánimo
¿Qué es la baja testosterona?
Puede darse el caso de que los niveles de testosterona caigan en exceso, situándose por debajo de los valores recomendados. Dicha situación se podría considerar como hipogonadismo, y puede estar determinada por varias afecciones y mecanismos distintos. En algunas ocasiones es el eje hipotalámico-hipofisario el que no funciona correctamente, lo que dificulta la señalización y el inicio de la producción de la hormona a nivel testicular.
Para entender el proceso es importante ser conscientes de que los niveles de testosterona se regulan, en condiciones normales, a través de un mecanismo de retroalimentación. Cuando la hipófisis detectar que la testosterona está baja, libera una hormona denominada LH que provoca una estimulación de la síntesis en los testículos. Una vez que la concentración alcanza un nivel adecuado se envía una señal a la hipófisis para reducir la liberación de LH y FSH bloqueando la producción testicular.
Hay que destacar que existen algunas alteraciones que pueden suponer un problema para la síntesis de testosterona. Una de ellas sería una baja disponibilidad de zinc, ya que este mineral es un cofactor importante en el proceso de activación de las células de Leydig. Cualquier fallo en el proceso de señalización hormonal también afectaría a la concentración final de los andrógenos en sangre. Un consumo insuficiente de grasas saturadas también ha demostrado relacionarse con niveles más bajos de la hormona en sangre. Por lo que el aspecto dietético juega un papel crucial en la homeostasis del andrógeno.
¿Qué es la terapia de reemplazo de testosterona (TRT)?
Como comentamos, el nivel de testosterona en los hombres se reduce a partir de la mediana edad. Pasa de una media de 20,7 ng/dL a los 20-25 años a 17,1 ng/dL a los 40. Esto se acerca bastante a la parte baja del rango explicado anteriormente, pues se situaba en 15 ng/dL. Debido a dicho proceso la masa muscular pierde cantidad y calidad, ya que la hormona es uno de los reguladores más importantes de la síntesis proteica en el músculo. A su vez pueden afectarse conexiones nerviosas que permiten la inervación del tejido y su contracción posterior.
Por otra parte se afecta la capacidad reproductiva, el rendimiento deportivo, la sensación de vitalidad y de energía…E incluso aumenta el riesgo de desarrollar patologías crónicas. No olvidemos que el músculo actúa también como un gran órgano endocrino liberando mioquinas y asegurando el balance inflamatorio en el medio interno. Su disminución se considera un predisponente para la diabetes y otras muchas alteraciones de carácter metabólico.
Bajo este contexto se desarrolla la terapia de reemplazo de testosterona (TRT). Consiste básicamente en aportar una dosis exógena de la hormona para compensar la bajada en la producción testicular, manteniendo los niveles dentro de lo que se considera óptimo. Generalmente se prescribe en casos de hipogonadismo severo, es decir, para aquellos hombres que no alcanzan los 15 ng/dL. No obstante, se están acumulando evidencias conforme podría ser beneficiosa también en pacientes que se encuentren en la parte baja del rango, sin llegar a ser patológico.
Ahora bien, la dosis utilizada no tiene nada que ver con los famosos «ciclos» empleados por culturistas. En este caso se administran alrededor de 100 mg/semana, cuando para ser considerado ciclo deberían de excederse los 400-500 mg/semana. Son contextos bien distintos, ya que en este último caso los riesgos superan a los beneficios casi siempre. Sin embargo, las dosis asociadas a TRT cuentan con el apoyo de la evidencia científica, ya que los efectos secundarios son escasos.
¿Cómo se administra la testosterona durante el TRT?
Existen varios tipos de fármacos con testosterona en su interior que se pueden prescribir durante una TRT. No obstante, lo más frecuente es emplear algún tipo de solución en forma de crema o gel, ya que su empleo es sencillo y para dosis tan bajas resulta segura y eficiente. Basta con aplicar el producto sobre los hombros, brazos o estómago para garantizar su absorción y paso posterior al torrente sanguíneo.
Si bien también se pueden utilizar inyecciones o fármacos orales, no son tan frecuentes en estos casos. Aunque la inyección evita el paso del fármaco por el hígado y la posible elevación de las transaminasas sanguíneas, lo cierto es que resulta incómodo para la gran mayoría de los pacientes.
¿Cuáles son los beneficios de la terapia de reemplazo hormonal?
Cuando se emplea correctamente la TRT puede tener una serie de beneficios. Son los siguientes:
- Mejora de la libido y de la capacidad reproductiva
- Incremento de la fuerza y del valor de masa muscular
- Reducción de la grasa subcutánea
- Aumento de la vitalidad y de la sensación de energía
- Cambios positivos en el estado de ánimo
- Mejora de la función metabólica
¿Cuáles son los riesgos?
Es importante entender que el uso de cualquier fármaco conlleva riesgos. Este no iba a ser una excepción. De todos modos, al tratarse de una hormona que se administra en un contexto de déficit estos son bastante reducidos y, en contexto de óptima aplicación, suelen verse superados por los beneficios.
En primer lugar hay que destacar que la terapia de reemplazo hormonal puede provocar cambios en la bioquímica sanguínea. Por ello es importante hacerse controles periódicos para detectar anomalías y corregirlas, a parte de ajustar las dosis. Uno de las primeras variaciones que se experimenta es la reducción del tamaño de los testículos. La síntesis endógena de testosterona puede verse reducida aun más con la TRT, lo que provoca que las gónadas dejen de realizar su función y su tamaño sea menor. Aunque no conlleva una infertilidad asociada, es un fenómenos que se puede evitar administrando HCG de forma conjunta.
Por otra parte se elevará el hematocrito. Es algo a vigilar, ya que un incremento excesivo en la viscosidad de la sangre podría afectar al riesgo de problemas cardiovasculares. Por ello se han de ejecutar controles periódicos. También para valorar la concentración de estrógenos en suero, ya que en ocasiones la andrógenos pueden transformarse en hormonas sexuales femeninas a partir de un proceso denominado aromatización. En estos casos hay que acompañar la pauta con un fármaco anti aromatasa para evitar problemas.
Como anécdota se podría destacar que la terapia de reemplazo de testosterona puede acelerar la pérdida de pelo. Aunque este es un proceso mucho más genético que ambiental. Las personas que están destinadas a la alopecia poco podrán hacer para detenerla, al menos con los medios actuales y sin trasplante. El fármaco hará el proceso un poco más rápido.
Salud cardiovascular y prostática con TRT
Se ha especulado mucho con la posibilidad de que la terapia de reemplazo de testosterona aumente la incidencia de problemas cardiovasculares o de cáncer de próstata. Lo cierto es que no se ha conseguido demostrar lo primero. Dosis elevadas de la hormona podrían alterar la estructura cardíaca, provocando hipertrofia en el ventrículo izquierdo. Pero esto no parece suceder con TRT, al menos no a un nivel preocupante.
Los lípidos podrían modificarse, elevándose colesterol total y LDL-C y reduciéndose HDL-C. Para corregir el problema suele bastar con ajustar la dieta o con administrar un suplemento de ácidos grasos omega 3. Generalmente sin una alteración de los triglicéridos esto no supondría un problema para la salud, siempre y cuando se mantengan buenos hábitos y el perfil inflamatorio y oxidativo no esté modificado.
Respecto a la salud prostática, generalmente no se aprecia un aumento de la PSA (el principal marcador). En caso de que se detectase habría que regular la farmacología y valorar si continuar con el tratamiento. Pero las evidencias actuales no muestran un incremento del riesgo de cáncer en este tipo de pacientes. Eso sí, de nuevo hay que ceñirse a las dosis terapéuticas, y en ningún caso tratar de colocar la concentración de testosterona por encima de valores fisiológicos. Esto sí se consideraría un «ciclo».
¿Una mujer puede hacer TRT?
La testosterona no es una hormona exclusivamente masculina. Las mujeres, aunque cuentan con menos concentración de la misma, también son capaces de producirla. En este caso en las glándulas suprarrenales, ya que carecen de testículos. Ahora bien, es preciso que su valores se encuentren dentro de unos rangos marcados para no experimentar efectos negativos que pudiesen condicionar el estado de salud.
Por lo tanto, las mujeres también podrían hacer TRT en ciertas circunstancias. Lo cierto es que a día de hoy no existe un valor de referencia bajo el cual la mujer deba iniciar un tratamiento con testosterona. Los rangos habituales son 0,5 a 2,4 nmol/L, por lo que se podría iniciar la administración de la hormona cuando la concentración se encuentra bajo el límite inferior y se manifiestan síntomas como fatiga o cansancio crónico.
También en casos de sarcopenia puede tener sentido la administración de un TRT, ya que de este modo se favorecerá la ganancia de fuerza y de masa muscular. Es importante destacar que en el caso de las mujeres la dosis administrada será significativamente inferior, también empleando analíticas sanguíneas periódicas para controlar valores como el perfil de lípidos, la función hepática o incluso ciertos marcadores asociados a la salud mamaria.
¿Tiene sentido que todos los hombres hagan TRT?
Dado el aumento de los ensayos al respecto, y la moda del uso de TRT, se ha especulado con la posibilidad de que todos los hombres se podrían beneficiar de esta clase de tratamiento. Hay que aclarar que esto no es así. En primer lugar el nivel de testosterona está bastante ligado a los hábitos de vida. Si una persona se mantiene activa físicamente y entrena fuerza con regularidad, y guarda buenas rutinas de alimentación y descanso, lo más probable es que no requiera el empleo de estos fármacos. Al menos no hasta una edad bien avanzada.
No hemos de olvidar que la concentración sérica de testosterona se relaciona con el nivel de masa magra, con la exposición al Sol y la vitamina D, con la ingesta dietética de zinc y de selenio, con el consumo de grasas…Hay bastantes aspectos que podrían estar incidiendo negativamente sobre la producción. Por ello lo primero es modificar las rutinas y, a partir de ahí, valorar la administración de TRT en caso de que la concentración se siga manteniendo en niveles bajos y esto genere problemas.
Por otra parte es algo que nunca se debe de ejecutar por cuenta propia. No se debe jugar con el sistema endocrino y hacerlo sin los conocimientos adecuados conlleva muchos riesgos. A parte la testosterona es un fármaco muy tóxico para el hígado cuando se consume de forma oral, por lo que hay que controlar correctamente las dosis.
Diferencias entre el TRT y un ciclo de anabolizantes
Muchas personas confunden la terapia de reemplazo de testosterona con un ciclo de anabolizantes o con el uso del doping, siendo cosas totalmente diferentes. En primer lugar hay que destacar que el TRT está correctamente prescrito por un médico especialista, mientras que el ciclo con anabolizantes es algo que se hace al margen de la ley obteniendo el fármaco en el mercado negro. Esto pone el riesgo a la persona, ya que el medicamento puede tener baja calidad o estar adulterado.
Por otra parte, el TRT emplea solo testosterona, mientras que los usuarios de anabolizantes suelen combinar diferentes análogos o fármacos para lograr efectos superiores. Emplear varios compuestos de este estilo como la testosterona, la nandrolona o la trembolona de manera conjunta multiplica los riesgos. La vida media todos ellos es diferente, interaccionan entre sí y colocan mucha más presión sobre los órganos como el hígado y los riñones. Además provocan mayor remodelación del tejido cardíaco.
No nos olvidemos tampoco que las dosis empleadas en la terapia de reemplazo hormonal son relativamente bajas. Cuando hablamos de doping o de uso de anabolizantes con fines deportivos o recreativos estamos hablando de cantidades semanales que pueden llegar a exceder los 300 mg de testosterona y otros fármacos por semana. Esta es una dosificación muy elevada que causa mayores cambios a nivel muscular y también un incremento de los efectos secundarios.
El perfil de seguridad entre el TRT y el ciclo de anabolizantes es muy diferente. Los estudios nos muestran que una dosis de testosterona controlada y correctamente administrada en hombres que lo necesitan tiene más beneficios que riesgos. Sin embargo, el uso de anabolizantes de manera recreativa o deportiva suele conllevar muchos más efectos secundarios a medio plazo.
Referencias bibliográficas
- Hudson, J., Cruickshank, M., Quinton, R., Aucott, L., Aceves-Martins, M., Gillies, K., Bhasin, S., Snyder, P. J., Ellenberg, S. S., Grossmann, M., Travison, T. G., Gianatti, E. J., van der Schouw, Y. T., Emmelot-Vonk, M. H., Giltay, E. J., Hackett, G., Ramachandran, S., Svartberg, J., Hildreth, K. L., Groti Antonic, K., … Jayasena, C. N. (2022). Adverse cardiovascular events and mortality in men during testosterone treatment: an individual patient and aggregate data meta-analysis. The lancet. Healthy longevity, 3(6), e381–e393. https://doi.org/10.1016/S2666-7568(22)00096-4
- Lenfant, L., Leon, P., Cancel-Tassin, G., Audouin, M., Staerman, F., Rouprêt, M., & Cussenot, O. (2020). Testosterone replacement therapy (TRT) and prostate cancer: An updated systematic review with a focus on previous or active localized prostate cancer. Urologic oncology, 38(8), 661–670. https://doi.org/10.1016/j.urolonc.2020.04.008
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