Contenidos
- ¿Qué es el hipertiroidismo?
- Síntomas y complicaciones del hipertiroidismo
- Impacto de la dieta para hipertiroidismo
- Alimentos recomendados en la dieta para hipertiroidismo
- Alimentos desaconsejados en la dieta para hipertiroidismo
- ¿Cómo mejorar la salud de la tiroides?
- Ejemplo de menú en la dieta para hipertiroidismo
- Referencias bibliográficas
La dieta para hipertiroidismo ayuda a controlar una patología que, aunque poco frecuente, puede generar una sintomatología que complica la calidad de vida de quien la sufre. Realmente con una serie de ajustes a nivel nutricional se pueden lograr grandes cambios a mejor, e incluso potenciar el efecto de la farmacología.
¿Qué es el hipertiroidismo?
El hipertiroidismo es una enfermedad de la glándula tiroides, en la que se producen más hormonas tiroideas de las que el organismo necesita.
La glándula tiroides es un órgano endocrino ubicado en la parte frontal del cuello y que tiene cierta forma de mariposa. Regula procesos fisiológicos esenciales para el mantenimiento de la salud, además de ser responsable de la síntesis y secreción de hormonas tiroideas, como la tirotropina (TSH), tiroxina (T4) y triyodotironina (T3).
Las hormonas tiroideas controlan el uso de energía por parte del organismo, afectando casi por completo a todos los órganos. Si hay un exceso de hormonas tiroideas se “aceleran” algunas de las funciones del organismo.
La funcionalidad de la glándula tiroides está influenciada por diversos factores, incluidos la dieta y el aporte de ciertos micronutrientes. Algunos de éstos son necesarios en pequeñas cantidades para ciertos procesos bioquímicos como las reacciones enzimáticas y hormonales, además de ser clave para apoyar la salud de nuestra tiroides. Recientemente, se ha descrito la existencia de un eje tiroides-intestino, en el que el papel de la microbiota participa en la homeostasis a través de la disponibilidad de micronutrientes, ciertos fármacos y contaminantes ambientales.
Cualquier alteración en la homeostasis de la función tiroidea puede tener consecuencias a largo plazo, manifestándose desde un hipotiroidismo, hipertiroidismo o cáncer de tiroides. En este artículo nos centraremos en el hipertiroidismo.
Causas más comunes del hipertiroidismo
- Enfermedad de Graves (suele ser la más común). Tiene una prevalencia mundial del 2% en mujeres y del 0,5% en hombres. Es de carácter autoinmunitario, donde el organismo ataca a la glándula tiroides produciendo un exceso de hormona tiroidea.
- Nódulos tiroideos hiperactivos. Generalmente son benignos aunque algunos pueden volverse hiperactivos y producir mayor cantidad de hormona tiroidea.
- Inflamación de la glándula tiroides (tiroiditis). En algunos casos las hormonas tiroideas salen al torrente sanguíneo provocando sintomatología de hipertiroidismo.
- Exceso de yodo. La glándula tiroides utiliza el yodo para producir la hormona tiroidea, por lo que el consumo de grandes cantidades puede hacer que la tiroides produzca un exceso de esta hormona.
- Exceso de medicación con hormona tiroidea. Este tratamiento se utiliza para el tratamiento del hipotiroidismo, aunque si no se realizan controles que requieran un ajuste de dosis, pueden aumentar la producción de hormona tiroidea. También puede darse el caso de otros medicamentos, capaces de interactuar con esta hormona.
- Tumores benignos de la glándula pituitaria (hipófisis). Son casos poco comunes, pero pueden causar hipertiroidismo.
¿Cómo sé si tengo mayor riesgo de desarrollar hipertiroidismo?
A continuación, te expongo los factores de riesgo para desarrollar patologías tiroideas:
- Ser mujer. La prevalencia de patologías autoinmunes es mayor en mujeres que en hombres.
- Ser mayor de 60 años
- Tener antecedentes familiares de patología tiroidea
- Ingesta excesiva de yodo a través de alimentos y/o suplementos nutricionales
- Uso de medicamentos y/o suplementos nutricionales que contienen yodo por tiempo prolongado
- Embarazo en los últimos 6 meses
- Uso de productos con nicotina
- Otros problemas de salud, como:
- Anemia perniciosa (déficit de B12)
- Diabetes mellitus
- Insuficiencia suprarrenal primaria de causa hormonal
¿Qué ocurre si no hago ningún tratamiento?
El tratamiento terapéutico y/o farmacológio deberá marcarlo un médico endocrino, dado que dependerá del contexto, gravedad, historia clínica del paciente y posibles complicaciones. Hay ciertos grados de hipertiroidismo que no requieren tratamiento, aunque un hipertiroidismo no tratado puede ser causa de arritmias cardíacas, insuficiencia cardíaca, osteoporosis, anomalías durante el embarazo y un aumento importante de la mortalidad por diversas causas.
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Síntomas y complicaciones del hipertiroidismo
La sintomatología del hipertiroidismo puede ser variable, pudiéndose presentar:
- Pérdida de peso debido a un aumento del metabolismo y del gasto energético, a pesar de haber un aumento del apetito
- Arritmias o pulsaciones cardíacas alteradas
- Nerviosismo, ansiedad, irritabilidad, insomnio, fatiga
- Temblor de manos, debilidad muscular
- Sudoración excesiva o dificultad para tolerar el calor
- Deposiciones frecuentes en forma de diarrea o heces blandas
- Tumoración en el cuello (bocio)
¿Cómo se refleja en la analítica de sangre?
Habitualmente podremos encontrar niveles de:
- Tirotropina sérica (TSH) baja o indetectable
- Triyodotironina total (T3) elevada. Ayudan a establecer la causa y la gravedad.
- Tiroxina libre (T4) elevada. Se utiliza para evaluar el grado de hipertiroidismo.
- Anticuerpos antireceptor de TSH (TRAbs). Pueden estar elevados (en enfermedad de Graves) o dentro de rango (otros casos de hipertiroidismo)
La hormona tiroidea puede circular como T3 o como T4, una prohormona que se convierte en T3 en los tejidos periféricos y es la forma fisiológicamente activa. La relación T3:T4 total para la enfermedad de Graves o bajo la presencia de nódulos tóxicos suele ser de >20:1, pero <20:1 en el caso de la tiroiditis.
En el caso de presentarse un hipertiroidismo subclínico, en el que habitualmente se presenta sintomatología de carácter más leve y que es debido principalmente a un exceso de hormona tiroidea, podremos encontrar:
- Tirotropina sérica (TSH) baja (hipertiroidismo subclínico Grado I) o indetectable (hipertiroidismo subclínico Grado II)
- Triyodotironina (T3) y tiroxina libre (T4) suelen estar dentro de rango. En algunos casos, la T4 puede ser normal y sólo la T3 puede estar elevada, como sucede en las primeras etapas del hipertiroidismo causado por la enfermedad de Graves o por un nódulo tiroideo.
A tener en cuenta:
- La biotina, habitualmente utilizada para el cabello y las uñas, ingerida como suplemento en dosis altas puede causar concentraciones falsamente bajas de TSH y altas de T4 y T3. Si se toma este suplemento, lo ideal es suspenderlo durante 2 – 7 días antes de realizar las pruebas.
- Además de la analítica, deberemos centrarnos en los signos y síntomas presentes que nos hagan sospechar de una enfermedad tiroidea.
Impacto de la dieta para hipertiroidismo
Hay ciertos nutrientes que son esenciales para una salud óptima de la tiroides, pero en la mayoría de casos basta con obtener unas cantidades adecuadas a partir de la dieta con el objetivo de evitar posibles carencias. Sólo se debe realizar una suplementación siempre que exista un déficit en el control analítico, debido a que algunos de ellos, en exceso, pueden ser perjudiciales. Vamos a comentar aquellos elementos que se deben optimizar en la dieta para hipertiroidismo.
Yodo
El yodo es un micronutriente necesario para la producción de hormonas tiroideas, que afectan al crecimiento, metabolismo y otros procesos fisiológicos del organismo. Es uno de los elementos clave en la dieta para hipertiroidismo.
La glándula tiroides almacena yodo y las formas oxidadas se unen a residuos de tiroxina para crear mono y diyodotironina, fundamental para producir T4 y T3 que son las formas finales de las hormonas tiroideas.
La deficiencia de yodo durante el embarazo puede afectar gravemente el desarrollo cognitivo fetal y en casos más graves, causar hipotiroidismo congénito con daño cerebral irreversible. Durante la infancia, la ingesta de yodo es crucial para el desarrollo cerebral del niño, que dependerá del consumo de yodo de la madre y del consumo de alimentos con el inicio de la alimentación sólida. Ciertos alimentos infantiles comercializados, incluidos los orgánicos, tienden a tener bajos niveles de yodo afectando a la función tiroidea y desarrollo cognitivo del bebé. En áreas con deficiencia de yodo, los organismos internacionales recomiendan la suplementación, especialmente en mujeres embarazadas y lactantes.
Un exceso de yodo también afecta a la tiroides, aumentando el riesgo de patologías tiroideas autoinmunes a través del estrés oxidativo en las células tiroideas, desencadenando una respuesta inmune que induce a la tiroiditis.
Cantidades de yodo recomendadas según la edad (2024):
Edad | Ingesta adecuada | Ingesta recomendada de yodo |
0–6 meses de edad | – | 90 |
7–12 meses de edad | 70 | 90 |
1–6 años | 90 | 90 |
7–10 años | 90 | 120 |
11–14 años | 120 | 120–150 |
15–17 años | 130 | 150 |
≥18 años | 150 | 150 |
Durante el embarazo | 200 | 250 |
Durante la lactancia | 200 | 250 |
Las fuentes dietéticas más importantes de yodo son:
- Las algas marinas (kombu, wakame, nori…)
- Lácteos, como la leche, los yogures y los quesos
- Pescados y mariscos, como el bacalao, atún, ostras, langostinos…
- Vísceras, embutidos y algunas carnes
- Huevos, especialmente las yemas
- Sal yodada, sal marina
- Salsa de soja
Selenio
El selenio es un micronutriente muy importante en la dieta para hipertiroidismo por sus propiedades antioxidantes, participando en la prevención de patologías inflamatorias, neurológicas y cardiovasculares, además de jugar un papel esencial en el funcionamiento del sistema inmunológico.
La glándula tiroides es un órgano con uno de los niveles más elevados de selenio (contiene gran cantidad de selenoproteínas) lo que indica la importancia de este mineral en la síntesis, activación y metabolismo de las hormonas tiroideas. La deficiencia de selenio se ha asociado a varios trastornos tiroideos además de un mayor riesgo de desarrollar ojos saltones.
Diversos estudios han demostrado que personas con patología tiroidea tienen niveles de selenio significativamente menores, por lo que la suplementación ha demostrado un efecto positivo sobre la función tiroidea a través de la reducción de los autoanticuerpos tiroideos (antiperoxidasa tiroidea y antitiroglobulina), de los niveles de TSH y de la autoinmunidad, con un aumento de la capacidad antioxidante.
Para reducir el riesgo de intoxicación por selenio se deben respetar las dosis recomendadas (80-400 mcg/día) y evitar la administración y/o suplementación prolongada a dosis altas y tener en cuenta los posibles efectos adversos en personas sin deficiencia de selenio. También se puede realizar un consumo semanal de Nueces de Brasil
Vitamina D
La vitamina D es conocida por su efecto en el mantenimiento de la homeostasis del calcio.y fósforo, así como del metabolismo óseo. Juega un papel esencial en la función tiroidea debido a que sus receptores están presentes en esta glándula.
Se ha demostrado que la vitamina D vitamina influye en diversas patologías endocrinas y autoinmunes, como la artritis reumatoide, diabetes mellitus tipo 1, esclerosis múltiple y psoriasis. Su suplementación es importante al participar como inmunoregulador, además de participar en la reducción de procesos inflamatorios relacionados con este tipo de patologías, y más especialmente en personas obesas.
Diversos estudios han mostrado cómo los pacientes con patología tiroidea tienen un mayor riesgo de déficit de vitamina D, lo que a su vez se correlaciona negativamente con los niveles de TSH. En otro estudio, los niveles de vitamina D se relacionaron con el nivel de tiroxina, por lo que concentraciones bajas de esta vitamina pueden asociarse a la gravedad de la enfermedad.
La suplementación con vitamina D con dosis entre 1500 – 2000 ui/d durante >12 semanas parece tener un efecto antiinflamatorio, además de reducir los niveles de autoanticuerpos y mejorando la función tiroidea.
Las fuentes principales de vitamina D a través de la dieta incluyen:
- Pescados azules (salmón, caballa, sardinas, arenque…)
- Aceite de hígado de bacalao
- Alimentos fortificados (lácteos, bebidas vegetales, productos vegetales como la soja, cereales fortificados…)
Antioxidantes
Como he mencionado anteriormente, las enfermedades de la glándula tiroides están estrechamente relacionadas con el estrés oxidativo, donde los radicales libres afectan a las células y tejidos. Vitaminas antioxidantes como la A, C y E han demostrado ser claves para la tiroides. Se ha relacionado un déficit de vitamina A con un peor funcionamiento de las hormonas tiroideas, al alterar la absorción de yodo y la síntesis de hormonal pudiendo derivar en hipertrofia tiroidea. Las vitaminas C y E actúan como un potente antioxidante contra la inflamación y el estrés oxidativo, mejorando la funcionalidad de la tiroides.
Por tanto, el consumo de antioxidantes presentes en productos vegetales, como frutas, verduras y hortalizas, contribuyen a luchar contra el estrés oxidativo causado por los radicales libres.
- Las fuentes principales de vitamina A incluyen alimentos como la zanahoria, calabaza, boniato, espinacas, mango, melón…
- Los alimentos ricos en vitamina C están presentes principalmente en cítricos, fresas, kiwis, mango y en verduras como los pimientos, brócoli y tomate, entre otros.
- Los alimentos que contienen vitamina E incluyen los aceites vegetales, frutos secos y semillas, espinacas y aguacate, entre otros.
Zinc
El Zinc es un oligoelemento esencial para la síntesis y metabolismo de las hormonas tiroideas al actuar como cofactor para la producción de T3 y T4. Además, tiene propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y regula la respuesta inmunitaria. Optimizar su aporte mejora el efecto de la dieta para hipertiroidismo.
Algunos estudios asocian niveles bajos de zinc con una posible relación con la enfermedad tiroidea autoinmune. El déficit de zinc desciende los niveles séricos de TSH, T3 y T4 al inhibir la síntesis de TRH.
Alimentos ricos en zinc:
- Carnes y mariscos
- Legumbres
- Frutos secos y semillas
- Lácteos
- Cereales integrales
- Chocolate negro
- Yema de huevo
Hierro
El hierro es un oligoelemento esencial para la biosíntesis y el funcionamiento de las hormonas tiroideas, además de desempeñar un papel clave en la enzima tiroidea peroxidasa (TPO), necesaria para la síntesis de hormonas como T4 y T3. Suele ser deficitario en algunas pautas, por lo que conviene estimar su aporte en la dieta para hipertiroidismo.
Durante el embarazo, la demanda de hierro aumenta para sostener el crecimiento del feto y la expansión del volumen sanguíneo materno. La deficiencia de hierro se asocia con un mayor riesgo de trastornos tiroideos en esta etapa, ya que puede afectar la actividad de la TPO y la conversión de T4 en T3.
Puede presentarse un déficit de hierro en casos de malabsorción intestinal o disbiosis, celiaquía o gastritis autoinmune, una dieta deficitaria en este mineral o debido a trastornos hormonales. En las patologías tiroideas, al haber un aumento de la inflamación y del estrés oxidativo, se produce una inhibición de la absorción de hierro, generándose un déficit.
Los alimentos más ricos en hierro abarcan:
- Carnes rojas y magras
- Mariscos, como las ostras, almejas y berberechos
- Hígado
- Legumbres como las lentejas, garbanzos, judías
- Cereales y productos fortificados con hierro
Vitaminas del grupo B
La función tiroidea puede verse afectada por el déficit de algunas vitaminas, como la vitamina B2, vitamina B12 y vitamina B9 (folato). Los niveles séricos de T4 fueron significativamente más bajos en sujetos que presentaban un déficit de vitamina B2. La deficiencia de B12 se ha observado en un porcentaje considerable de pacientes con enfermedades tiroideas autoinmunes, y se ha relacionado con niveles elevados de anticuerpos tiroideos. El déficit de folato (vitamina B9) demostró ser el factor más significativo en el funcionamiento de la tiroides, aumentando los niveles séricos de TSH y de autoanticuerpos.
Cobre
El cobre es un oligoelemento esencial que se encuentra en alimentos como vísceras, mariscos y vegetales de hoja verde. Desempeña un papel en la conversión de T4 (inactiva) en T3 (activa) y en la síntesis de la tiroperoxidasa (TPO), que participa en la producción de hormonas tiroideas. El cobre tiene funciones antioxidantes, pero en exceso puede generar estrés oxidativo, lo que podría afectar negativamente la función tiroidea.
Magnesio
El magnesio es necesario para diversas funciones celulares y enzimáticas, incluida la desyodación de T4 a T3. Los niveles bajos de magnesio pueden afectar la biodisponibilidad de otros micronutrientes clave como el selenio, exacerbando la disfunción tiroidea. Unos niveles adecuados de magnesio pueden tener un papel protector en la salud de la tiroides. Por ello es importante monitorizar la ingesta diaria en la dieta para hipertiroidismo.
Alimentos recomendados en la dieta para hipertiroidismo
La alimentación se centrará principalmente en todos aquellos alimentos que nos permitan equilibrar la producción de hormonas tiroideas y mejorar la salud de la glándula tiroides, con el objetivo de controlar los síntomas y prevenir futuras complicaciones. Por tanto, vamos a potenciar el consumo de:
- Alimentos ricos en antioxidantes, preferentemente frutas y verduras frescas que contengan vitaminas con potencial antioxidante como la A, C y E.
- Alimentos ricos en Calcio y Vitamina D para evitar la pérdida de masa ósea. Éstos están presentes en productos lácteos, alimentos fortificados, pescados grasos y vegetales de hoja verde.
- Alimentos ricos en magnesio, como frutos secos y semillas, legumbres y verduras de hoja verde
- Adecuado consumo proteico, para evitar la pérdida de peso y por consiguiente, de masa muscular. Por tanto, debemos asegurar un adecuado consumo de pescados, carnes magras, huevos y legumbres.
- Grasas saludables, ricas en ácidos grasos mono y poliinsaturados con acción antiinflamatoria y antioxidante, presentes en aceite de oliva, aguacate, frutos secos y semillas y pescados grasos.
- Nueces de Brasil, por su contenido en Selenio. Un consumo excesivo tiene efectos perjudiciales, por lo que 2 nueces al día podría ser suficiente.
Alimentos desaconsejados en la dieta para hipertiroidismo
- Alimentos con elevado contenido en yodo
- Estimulantes, como la cafeína, té, bebidas energéticas o ginseng, dado que intensifica la sintomatología de ansiedad, nerviosismo y el aumento de la frecuencia cardíaca, pudiendo agravarla.
- Reducir o limitar los alimentos con gluten (trigo, centeno, cebada, espelta…) por poder afectar a la tiroides si la patología es de base autoinmunitaria, como la enfermedad de Graves. No es necesario realizar una dieta totalmente exenta de gluten, pero sí reducir o limitarlo. También sería necesario realizar un estudio de celiaquía.
- Goitrógenos. Los alimentos que contienen goitrógenos pueden afectar a la tiroides al inhibir la capacidad de absorción del yodo a las hormonas T3 y T4. En la mayoría de casos no suelen ser un problema ni suelen causar problemas relevantes, por lo que su consumo suele ser seguro. Se debe valorar el beneficio del consumo de estos alimentos. Las fuentes principales de goitrógenos son:
- Verduras crucíferas. Las crucíferas son aquellas que engloban el género Brassica e incluyen la col, coliflor, col kale, coles de Bruselas, brócoli, pak choi, berza, nabos y repollo. Éstas son ricas en glucosinolatos e isotiocianatos, con propiedades anticancerígenas. En enfermedades tiroideas, el metabolito tiocianato de los glucosinolatos inhibe la síntesis de la hormona tiroidea, pudiendo interferir en la homeostasis y funcionalidad de la tiroides. La cocción de las crucíferas reduce de forma significativa la cantidad de goitrógenos, por lo que interfieren de forma muy leve sobre la función tiroidea y podría permitirse su presencia en la dieta para hipertiroidismo.
- Soja y derivados. Hay evidencia (aunque un tanto contradictoria) de que la soja puede tener efectos negativos sobre la tiroides, especialmente cuando hay un déficit de yodo establecido. Por tanto, se recomienda limitar y/o reducir la soja y los productos derivados (tempeh, tofu…)
- También se debe considerar limitar o reducir (¡sin obsesión!) el ajo, cebolla, boniato, nabo, rábanos, mostaza y semillas de lino por el contenido en estos compuestos e interfiriendo en la absorción de hierro.
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¿Cómo mejorar la salud de la tiroides?
- Adecuar los niveles de deficiencias de vitaminas y minerales esenciales: selenio, zinc, yodo y vitaminas antioxidantes.
- Poner en marcha la dieta para hipertiroidismo.
- Conseguir unos niveles adecuados de vitamina D
- Aporte suficiente de antioxidantes. En estos casos, la dieta plant based podría ser una opción.
- Evitar o limitar factores estresantes, reduciendo el estrés y el insomnio
- Evitar un exceso de actividad física debido a un aumento en el metabolismo y de la frecuencia cardíaca
- Dejar de fumar
- No beber alcohol
Ejemplo de menú en la dieta para hipertiroidismo
A continuación presentamos un ejemplo de dos días en la dieta para hipertiroidismo. Pero hay que tener en cuenta que es a modo informativo y que en cada caso concreto habrá que adaptar macros, cantidades e incluso suplementación. Siempre es aconsejable individualizar lo máximo posible para lograr los mejores resultados.
Desayuno | Café con leche Tostadas de pan integral o pan sin gluten con tomate, aceite y queso Melocotón | Bol de yogur natural con copos de avena, frutos secos tostados y arándanos |
Comida | Salteado de garbanzos con zanahoria, cebolla* y calabacín al curry Tajada de sandía | Arroz blanco con pisto de verduras y dos huevos a la plancha Nectarina |
Merienda | Yogur natural | Tajada de melón |
Cena | Merluza a la plancha con ensalada verde Naranja con canela | Hummus con crudités de verduras Pollo a la plancha Kiwi |
Referencias bibliográficas
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