En el cuerpo existen células que ya no cumplen correctamente su función pero que se niegan a morir. Se las conoce como células senescentes y juegan afectan negativamente a la longevidad, ya que secretan sustancias inflamatorias y dañan los tejidos. Sin embargo, existen elementos que pueden emplearse para controlarlas: los senolíticos y los senomórficos. Vamos a ver cómo actúan y cómo repercuten sobre la esperanza de vida.
¿Qué son las células senescentes y por qué aceleran el envejecimiento?
Normalmente las células cuentan con un ciclo vital que siguen a rajatabla. Normalmente cuando pierden la función de dividirse y de ejecutar correctamente sus funciones en los tejidos mueren por un proceso de apoptosis. Sin embargo, algunas presentan una falla y no llegan a desaparecer completamente, siendo disfuncionales y quedando en una situación de senescencia.
La muerte celular es un mecanismo de defensa para evitar que las células se conviertan en cancerígenas. Sin embargo, con la edad el proceso puede fallar y poco a poco se acumulan células senescentes en los tejidos, lo que incrementa el nivel de inflamación. También son capaces de sintetizar enzimas destructivas, algo que afecta negativamente a la función de muchos órganos.
El resultado, con el paso de los años, es un mayor riesgo de sufrir patologías crónicas como las cardiovasculares e incluso el cáncer. El estado de inflamación de bajo grado cronificado también aumenta la incidencia de problemas relacionados con la regeneración de los tejidos, como la sarcopenia, la fibrosis o la osteoporosis.
¿Qué son los senolóticos?
La buena noticia es que la ciencia ha encontrado una serie de compuestos capaces de acabar con las células senescentes. Son lo que se llaman senolíticos. Atacan a las vías de supervivencia que frenan la apoptosis, favoreciendo la desaparición de las estructuras disfuncionales. Los más estudiados hasta la fecha son:
- Dasatinib + quercetina: el primero es un fármaco oncológico y el segundo un flavonoide presente en frutas y verduras. Su combinación ha conseguido eliminar células senescentes en modelos animales. También hay algunos ensayos en humanos, aunque de momento con muestras pequeñas.
- Fisetina: es otro flavonoide natural presente en fresas y en manzanas con eficacia en roedores. A parte de su propiedad como senolítico puede mejorar la función cognitiva y la memoria.
- Navitoclax: hablamos de una molécula que inhibe proteínas anti-apoptóticas. Aunque eficaz, cuenta con efectos secundarios que no se consiguen controlar todavía, como es el caso de la trombocitopenia.
¿Qué son los senomórficos?
Los compuestos senomórficos consiguen modular el comportamiento de las células senescentes. En este caso no las eliminan, pero si reducen sus efectos dañinos. Tratan de silencia el fenotipo SASP, el encargado de sintetizar los compuestos inflamatorios que generan el efecto a nivel tisular.
Llegados a este punto te puedes estar preguntando por qué todos los esfuerzos no van dirigidos a destruir este tipo de estructuras. Pero lo cierto es que consiguen cumplir algunas funciones beneficiosas, como la cicatrización de las heridas. Emplear senomórficos en lugar de senolíticos puede ser más beneficios en algunos contextosl, por lo que conviene dominar ambos tipos de copuestos.
Los más comunes son:
- Rapamicina: inhibe la vía mTOR, implicada en los procesos de crecimiento celular y en el envejecimiento. Ya ha demostrado prolongar la vida en animales y mejorar el funcionamiento del sistema inmune en los humanos.
- Metformina: aunque es un fármaco antidiabético ha mostrado propiedades en términos de longevidad. Controla la inflamación y reduce la expresión del fenotipo SASP.
- Inhibidores de NF-κB: apuntan a una ruta determinante en la producción de elementos inflamatorios. Silenciarla contribuye a mantener un estado de homeostasis en el medio interno.
Beneficios potenciales sobre la salud y la longevidad
Los ensayos en animales muestran que los senolíticos y los senomórficos llegan a incrementar la esperanza de vida un 20-30 %. También se observan beneficios sobre la fuerza y la capacidad funcional general. Además se vuelven menos incidentes muchas patologías asociadas a la edad como la fibrosis pulmonar o la osteoporosis.
En humanos la experimentación se encuentra en una fase temprana todavía. Se investiga su efecto en casos concretos de fibrosis pulmonar para mejorar la capacidad funcional. También se investiga su efecto sobre los marcadores inflamatorios generales. De momento no existe evidencia sólida que muestre que dichos compuestos logran incrementar la esperanza de vida, pero posiblemente en un futuro se consigan grandes avances al respecto.
Por otra parte identificar de forma óptima el perfil de seguridad ayudará mucho a saber cómo y cuándo se pueden utilizar. También será interesante conocer las interacciones con otros suplementos, fármacos o compuestos.
De aquí a 10 años se espera que se consigan compuestos senolíticos y senomórficos capaces de dirigirse de forma específica a ciertos órganos y tejidos para ejercer sus funciones. Se trabajará con biomarcadores más precisos que permitirán identificar qué células están en estado de senescencia y dónde se encuentran.
Pero desde luego su aplicación más ambiciosa no es en el contexto de la enfermedad, sino en el de la prevención. Se espera que para 2035 se puedan emplear en personas sanas para controlar la inflamación crónica de bajo grado, evitando así disfunciones metabólicas o relacionadas con la replicación del material genético.
Referencias bibliográficas
- Xu M, et al. Senolytics improve physical function and increase lifespan in old age. Nature Medicine. 2018;24:1246–1256. doi: 10.1038/s41591-018-0092-9
- ustice JN, et al. Senolytics in idiopathic pulmonary fibrosis: Results from a first-in-human, open-label, pilot study. EBioMedicine. 2019;40:554-563. doi: 10.1016/j.ebiom.2018.12.052
- Campisi J. Cellular senescence: putting the paradoxes in perspective. Current Opinion in Genetics & Development. 2021;66:110-115. doi: 10.1016/j.gde.2020.12.001





