La dieta blanda es aquella que se pone en marcha cuando hay algún problema digestivo que compromete el paso de los alimentos a través del tubo, como puede ser una gastroenteritis. Se trata de un tipo de alimentación que prioriza aquellos alimentos con bajo contenido en fibra y en residuos, permitiendo un tránsito rápido y evitando que la sintomatología empeore.
¿Qué es la dieta blanda?
Hablamos de un régimen alimenticio que facilita la digestión y que minimiza la irritación del tracto gastrointestinal. Generalmente se aplica en personas con una infección en el tubo o que se están recuperando de una cirugía, por lo que no toleran cualquier tipo de alimento. Se basa en cubrir en la medida de lo posible los requerimientos nutricionales permitiendo una reducción de los síntomas.
La dieta blanda es característica por su textura y consistencia suave, ya que incluye alimentos que son fáciles de masticar y de tragar como el arroz blanco. También es bajo en contenido en fibra. Esto permite que el paso por el tubo digestivo sea más rápido, reduciendo también la fermentación y los posibles gases.
Resulta interesante disminuir la presencia de grasas en este tipo de alimentación. Dichos elementos retrasan el vaciado gástrico y requieren de un mayor esfuerzo para su digestión, ya que precisan de ácidos biliares que han de ser emulsionados y activados previamente por la microbiota intestinal.
Normalmente la dieta blanda se aplica en casos de gastritis, úlceras gástricas, diarreas, vómitos o postoperatorios. Pero desde luego no es un planteamiento sostenible a medio plazo, ya que resulta carente en algunos nutrientes esenciales. A medida que el paciente se recupera de su dolencia es positivo volver a introducir progresivamente todos los grupos de alimentos para lograr así un mayor aporte nutricional.
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Alimentos permitidos en la dieta blanda
La dieta blanda no permite la inclusión de muchos alimentos, priorizando aquellos que no generan molestias de tipo intestinal. Son los siguientes:
- Proteínas suaves: aquí nos referimos sobre todo al pollo y al pavo cocidos o a los pescados blancos como la merluza. Siempre es interesante evitar añadir aceite durante el proceso de cocción. Solamente hay que hervirlos con agua, sin incorporar tampoco especias culinarias, aunque se permite la sal.
- Verduras cocidas: aunque los vegetales suelen contar con bastante fibra en su interior, en la dieta blanda se pueden introducir algunas verduras siempre y cuando estén bien cocidas y tengan textura blanda. Lo ideal es consumirlas en forma de puré, con un buen triturado. Esto rompe las fibras de los alimentos y facilita la digestión posterior.
- Granos: algunos cereales y harinas refinadas pueden permitirse en la dieta blanda. La pasta de harina de trigo sería un ejemplo. Pero como norma general conviene priorizar el arroz blanco cocido. Sobre todo cuando existe diarrea, ya que este alimento ayuda a cortarla.
- Lácteos bajos en grasa: los lácteos son una interesante fuente de proteína, por lo que es positivo incluirlas en este plan de alimentación. Pero hay que evitar los enteros, ya que su digestión es más pesada y más lenta. Siempre desnatados, sin edulcorar y a poder ser sin sabores. No obstante, es posible añadir una pequeña cantidad de azúcar para mejorar su sabor y el aporte energético total de la pauta.
Alimentos a evitar en la dieta blanda
Existen una serie de comestibles que se deben evitar a la hora de ejecutar la dieta blanda, ya que podrían empeorar los síntomas. Son los siguientes:
- Alimentos fritos o con grasa: los fritos, los rebozados, las carnes con mucha grasa en su interior o los pescados azules han de restringirse durante la dieta blanda. Su digestión es lenta y es más probable que aumenten el malestar.
- Condimentos: sobre todo los picantes o irritantes, como la pimienta. Pero en líneas generales conviene retirar las especias culinarias en general. Si bien algunas infusiones carminativas como la manzanilla podrían tener cabida, las elaboraciones a base de hierbas suelen aumentar la irritación en el medio interno.
- Alimentos crudos: por supuesto es clave cocinar todos los productos en la dieta blanda. Cualquier contaminación microbiológica supondría un peligro y un paso atrás en la recuperación para un paciente que se encuentra en estado delicado. Es necesario que la temperatura de los comestibles alcance al menos 60 grados en su interior para garantizar la destrucción de los patógenos.
- Vegetales con fibra: los granos integrales, las legumbres o las crucíferas no pueden formar parte de la dieta blanda. Su digestión es pesada y suelen provocar gases.
Consejos adicionales para seguir la dieta blanda
A la hora de plantear la dieta blanda es importante tener una serie de recomendaciones en cuenta. La primera es que la única bebida permitida es el agua. Más allá de alguna infusión carminativa, hay que evitar los tés, los cafés, los refrescos y por supuesto el alcohol. Algunas personas pueden llegar a tolerar los zumos sin pulpa y sin fibra, pero no siempre resulta interesante que aparezcan en la dieta por su impacto sobre las glucemias sanguíneas.
Además será interesante dividir la cantidad diaria de comida en varias porciones. En lugar de realizar ingestas muy copiosas es mejor plantear más refrigerios pequeños. De este modo se facilita la digestión posterior, sobre todo cuando el estado de hidratación es bueno. En el caso de no tener apetito, puede ser una buena idea dejar de hacer una comida y no forzar al organismo. Se recuperará más tarde sin mayor contratiempo.
Por último, durante la dieta blanda es fundamental tener un buen control de los electrolitos, sobre todo cuando la patología sufrida cursa con vómitos. Rehidratarse con suero oral al principio podría garantizar una ingesta suficiente de sodio y de potasio para evitar hiponatremias que puedan resultar fatales.
¿Puedo tomar suplementos en la dieta blanda?
Normalmente es aconsejable suspender toda la suplementación durante la dieta blanda, tanto aquella con finalidad deportiva como la enfocada a la salud. Estos compuestos podrían resultar indigestos en dicho momento, por lo que resulta mejor idea parar la ingesta y retomar una vez que el paciente se haya recuperado.
Pero bien es cierto que existen ciertos suplementos que pueden facilitar la recuperación, por actuar directamente sobre la microbiota intestinal o sobre las paredes del tubo. Nos referimos a los probióticos y a la glutamina. Han de estar adecuadamente indicados por un profesional de la nutrición, pero en este caso tiene sentido su aplicación y puede facilitar la vuelta a la normalidad.
Ejemplo de menú para la dieta blanda
A continuación presentamos un ejemplo de menú de un día en la dieta blanda. Es importante adecuar las cantidades a cada persona, ya que esta es una versión genética que carece de ajustes individuales.
Desayuno
Manzanilla y una tostada de pan blanco con mermelada sin trozos de fruta. Yogur desnatado.
Media mañana
Compota de manzana.
Almuerzo
Pechuga de pollo sin piel cocida con arroz blanco y puré de zanahoria.
Merienda
Gelatina sin azúcar.
Cena
Merluza al vapor con puré de patatas y crema de calabacín.
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Referencias bibliográficas
- Wilkins T, Sequoia J. Probiotics for Gastrointestinal Conditions: A Summary of the Evidence. Am Fam Physician. 2017 Aug 1;96(3):170-178. PMID: 28762696.