La capsaicina es el compuesto químico responsable del picor de los chiles. Históricamente, se ha utilizado durante milenios en las culturas indígenas de América Central y del Sur, tanto en la alimentación como en la medicina. Tras la llegada de los exploradores europeos en el siglo XV, los chiles se difundieron por Europa y Asia, integrándose en diversas cocinas y prácticas medicinales.
En la cocina, la capsaicina es fundamental para impartir picante a una amplia variedad de platos. Medicinalmente, se utiliza en cremas y ungüentos para aliviar dolores musculares y articulares mediante la desensibilización de los receptores nerviosos. También actúa como repelente natural contra insectos y animales. Además, se usa como suplemento nutricional por sus propiedades relacionadas con el rendimiento deportivo.
¿Qué es la capsaicina?
La capsaicina es un alcaloide fenólico irritante que se encuentra en las plantas del género Capsicum, perteneciendo a la familia de los capsaicinoides. Actúa como agonista del receptor vanilloide tipo 1 (TRPV1), un receptor ionotrópico presente en las neuronas sensoriales, que responde a estímulos térmicos y químicos.
Cuando se une al receptor TRPV1, provoca la apertura del canal iónico, permitiendo la entrada de cationes como el calcio y el sodio en la célula, lo que genera una despolarización neuronal y la consecuente transmisión de señales de dolor y calor al sistema nervioso central. Este mecanismo es responsable de la sensación de ardor y picor característica al consumir chiles. Esta activación imita la sensación de calor o daño físico, aunque no cause un daño real a los tejidos.
Este alcaloide se encuentra naturalmente en alimentos como chiles, jalapeños, cayena o pimientos.
¿Te interesa lo que lees?
Suscríbete a nuestra newsletter y recibe contenido diario en tu bandeja de entrada.
Gracias por suscribirte 🙂
Propiedades de la capsaicina
La capsaicina ha sido objeto de numerosos estudios científicos debido a sus múltiples beneficios y propiedades terapéuticas, entre las que destacan:
Propiedades analgésicas: es conocida por sus efectos analgésicos, particularmente en el tratamiento del dolor neuropático y la artritis. Por su mecanismo de acción desensibiliza los receptores de dolor (receptores TRPV1) en las neuronas sensoriales. Esto lleva a una disminución de la percepción del dolor tras una aplicación continuada.
Propiedades antiinflamatorias: ha mostrado potencial antiinflamatorio en varios estudios preclínicos y clínicos, pudiendo inhibir la producción de ciertas citoquinas y enzimas proinflamatorias, como el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α), la interleucina-6 (IL-6) y la ciclooxigenasa-2 (COX-2). Esto contribuye a una menor respuesta inflamatoria.
Efectos metabólicos y en la pérdida de peso: puede contribuir a la pérdida de peso y la mejora del metabolismo. Esto se debe principalmente a que dicho alcaloide aumenta la termogénesis (producción de calor en el cuerpo), lo cual incrementa el gasto energético y ayuda en la oxidación de grasas. Varios estudios han demostrado que la capsaicina puede aumentar la tasa metabólica basal y reducir el apetito, contribuyendo así a la pérdida de peso y a la mejora de la composición corporal.
Propiedades anticancerígenas: algunas investigaciones preliminares sugieren que la capsaicina puede tener propiedades anticancerígenas. Esto se debe a que la capsaicina puede inducir la apoptosis (muerte celular programada) en células cancerígenas e inhibir su proliferación mediante la modulación de varias vías moleculares. Así lo demuestran algunos estudios in vitro (en células cultivadas) e in vivo (en modelos animales), los cuales sugieren que puede reducir el crecimiento de varios tipos de cáncer, incluyendo el cáncer de próstata, de mama, de pulmón y de colon.
Beneficios cardiovasculares: ha demostrado reducir los niveles de colesterol LDL (colesterol malo) y triglicéridos, mientras aumenta el colesterol HDL (colesterol bueno) en modelos animales. Además, en estudios en humanos, sugieren que el consumo de capsaicina puede ayudar a reducir la presión arterial, posiblemente a través de la mejora de la función endotelial y la vasodilatación.
Propiedades antimicrobianas: en algunos estudios in vitro se ha evidenciado que la capsaicina puede inhibir el crecimiento de bacterias patógenas como Helicobacter pylori, Staphylococcus aureus y Escherichia coli.
Mejora del rendimiento deportivo: ayuda a reducir la percepción del esfuerzo en pruebas de resistencia muscular, aunque los efectos sobre la resistencia aeróbica son menos claros. Además, también en otras investigaciones resultó ser efectiva en hombres físicamente activos, donde dicha suplementación aumentó el tiempo hasta el agotamiento en el ejercicio intermitente de alta intensidad.
Usos de la capsaicina
La capsaicina, aparte de sus posibles beneficios en el rendimiento deportivo, tiene una variedad de usos en diferentes campos, por lo que es un compuesto muy versátil.
Se utiliza comúnmente en cremas tópicas para aliviar el dolor muscular, articular y neuropático. Funciona mediante la reducción de la sensibilidad de los receptores de dolor en la piel. También se usa como tratamiento tópico para la artritis, ya que pueden ayudar a reducir el dolor y la inflamación asociados con la artritis reumatoide y osteoartritis cuando se aplican directamente sobre las articulaciones afectadas.
Otros de sus usos están relacionados con el control de plagas, utilizándose en algunos productos repelentes de plagas para disuadir a los mamíferos y aves de comer cultivos agrícolas. También se ha investigado su uso como repelente de insectos. Además, se utiliza también como ingrediente en productos de limpieza, debido a sus propiedades antibacterianas y antifúngicas, por lo que se ha utilizado en la fabricación de algunos productos de limpieza y desinfectantes.
Curiosamente, se emplea también como componente en aerosoles de defensa personal, encontrándose en algunos aerosoles de defensa personal y sprays de pimienta utilizados para disuadir a agresores humanos y animales.
Por último, otro uso interesante de este compuesto es como condimento en alimentos picantes, ya que la capsaicina se utiliza en la industria alimentaria como aditivo para proporcionar sabor y mejorar la conservación de ciertos productos.
Precauciones al consumir capsaicina
Al consumir capsaicina, es importante tomar ciertas precauciones para evitar efectos secundarios no deseados. Aquí tienes algunas precauciones a considerar:
Sensibilidad individual: las personas pueden tener diferentes niveles de tolerancia a la capsaicina. Algunas personas pueden experimentar malestar gastrointestinal, irritación en la boca o reacciones alérgicas.
Irritación cutánea: el contacto directo con la piel o las membranas mucosas con productos que contienen capsaicina puede causar irritación, enrojecimiento y sensación de ardor. Por ello, es importante lavarse las manos después de manipular alimentos picantes.
Interacciones con medicamentos: puede interactuar con ciertos medicamentos, como los anticoagulantes, los inhibidores de la bomba de protones y algunos medicamentos para la hipertensión, lo que puede aumentar el riesgo de efectos secundarios o disminuir la eficacia de los medicamentos.
Malestar gastrointestinal: el consumo excesivo puede causar malestar estomacal, náuseas, vómitos, diarrea o irritación gastrointestinal en algunas personas.
Embarazo y lactancia: no hay suficiente evidencia sobre la seguridad de consumir capsaicina durante el embarazo y la lactancia.
Condiciones médicas preexistentes: las personas con ciertas condiciones médicas, como úlceras gástricas, enfermedad de reflujo gastroesofágico (ERGE) o trastornos digestivos, pueden ser más sensibles a los efectos irritantes y deben limitar su consumo.
Reacciones alérgicas: son raras, pero algunas personas pueden ser alérgicas, experimentando algunos síntomas de alergia, como hinchazón, picazón, dificultad para respirar o erupción cutánea.
¿Quieres conseguir nuevos objetivos?
Una programación de nutrición y entrenamiento bien diseñado te permitirá consolidar buenos avances y no estancarte. Nosotros te ayudamos con esto.
Referencias bibliográficas
Anand, P., & Bley, K. (2011). «Topical capsaicin for pain management: therapeutic potential and mechanisms of action of the new capsaicin 8% patch.» British Journal of Anaesthesia, 107(4), 490-502.
Basith, S., Cui, M., Hong, S., & Choi, S. (2016). «Therapeutic Targets for Capsaicin Mediated Diseases.» Theranostics, 6(2), 233-245.
Derry, S., Moore, R. A., & Rabbie, R. (2012). «Topical capsaicin (high concentration) for chronic neuropathic pain in adults.» Cochrane Database of Systematic Reviews, (9).
Ludy, M. J., Moore, G. E., & Mattes, R. D. (2012). «The effects of capsaicin and capsiate on energy balance: critical review and meta-analyses of studies in humans.» Chemical Senses, 37(2), 103-121.
Mason, L., Moore, R. A., Derry, S., Edwards, J. E., & McQuay, H. J. (2004). «Systematic review of topical capsaicin for the treatment of chronic pain.» BMJ, 328(7446), 991.
Pramanik, K. C., Srivastava, S. K., & Apte, R. N. (2011). «Capsaicin induces apoptosis in cervical carcinoma cells through the regulation of Bcl-2 and caspases.» Apoptosis, 16(9), 972-981.