A partir de los 40 años una gran parte de la población tiene un factor en común: el consumo de estatinas. Estos fármacos se emplean desde hace décadas en prevención primaria para reducir el riesgo de accidente cardiovascular. Actualmente la ciencia pone en duda los beneficios de dicha aplicación, enfatizando sobre todo los riesgos de la ingesta recurrente y crónica de un medicamento que afecta negativamente a la dinámica mitocondrial y a la masa muscular.
Lo cierto es que las estatinas se emplean para reducir los niveles de colesterol en sangre. Se consideran fármacos hipolipemiantes y se propone que dicho efecto ayudará a evitar la génesis de placas de ateroma. Existen evidencias contradictorias al respecto. Ahora bien, lo que no se está haciendo en prevención primaria es algo que sí ha demostrado que funciona y que no cuenta con riesgos, promocionar los buenos hábitos.
Efectos de las estatinas sobre la masa muscular
Los peores enemigos de la masa muscular son el sedentarismo, el alcohol y las estatinas. No sabría si exactamente por ese orden. Pero lo cierto es que estos últimos fármacos atrofian el tejido muscular y provocan su catabolismo, además de otros problemas asociados como las miopatías. Pero el problema no se queda aquí, sino que se acaba de demostrar que también afectan negativamente a los tendones, aumentando de forma significativa la incidencia de las tendinopatías. Un paper publicado en Orthopaedic Journal of Sports Medicine lo confirma.
Digamos que el consumo crónico de estatinas se saldará con peor salud muscular general. Teniendo en cuenta que el tejido magro es la herramienta de salud más importante que tenemos… pues podemos afirmar que las consecuencias de dicho efecto no van a ser positivas. Con el paso de los años se reducirá la fuerza de agarre y general. Ya se sabe que la baja capacidad de prensión manual se ha relacionado con un incremento del riesgo de muerte prematura por cualquier causa. Necesitamos promocionar el trabajo de fuerza, no facilitando el consumo de productos que la reduzcan.
A este peligroso efecto secundario de las estatinas hemos de sumarle que muchos de sus usuarios reproducen hábitos y conductas poco recomendables para la salud. Un ejemplo sería el consumo regular de alcohol, otro elemento que disminuye la síntesis proteica muscular y que conduce al catabolismo. Por no hablar del sedentarismo. El resultado es que el efecto sobre la masa magra se amplifica y, al 1 % que decrece la masa muscular anualmente a partir de los 30 años, deberemos sumarle el impacto de todos estos condicionantes. No pinta bien.
Disfunción mitocondrial inducida por estatinas
El problema de los fármacos hipolipemiantes no pasa solo por un cambio nocivo en la composición corporal. Provocan alteraciones en la dinámica mitocondrial, alterando los procesos de obtención de energía a nivel celular y el uso de los sustratos energéticos. A día de hoy las evidencias muestran que la ingesta regular de dichos medicamentos podría saldarse con un incremento del riesgo de un 20 % de desarrollar diabetes de tipo 2.
Esto por una parte se ve influido por la propia reducción del tejido magro. Al final la capacidad de captación de glucosa por parte del músculo se reduce y se experimenta un efecto compensatorio que se refleja con un aumento de la síntesis de insulina. A medio plazo esto significa resistencia a la hormona por parte de los tejidos y problemas en el control glucémico. Pero además las mitocondrias se vuelven cada vez menos eficientes, con una tendencia a acumular radicales libres en su interior. El potencial redox se altera y esto genera disfunción metabólica.
¿Y cómo se podría evitar dicha situación? Pues de nuevo, con la herramienta de salud más poderosa que tenemos: el trabajo de fuerza. Consigue facilitar el manejo del azúcar en sangre y promueve una adecuada dinámica mitocondrial, controlando la inflamación y el potencial oxidativo para evitar daños en el ADN y en la fisiología del organismo. Sin embargo, se prescriben más estatinas que sesiones de ejercicio en muchos países.
Estatinas, un fármaco con muchos efectos secundarios
Dado lo habitual que resulta su consumo, nadie diría que los efectos secundarios de las estatinas son tan peligrosos para el cuerpo humano. Pero lo cierto es que cada vez se debate más la necesidad de administrar estos fármacos en la mayor parte de las situaciones. Los riesgos pueden superar a los beneficios, sobre todo en prevención primaria. Resultaría más eficiente hacer hincapié en la necesidad de promocionar y de mantener buenos hábitos de vida. Aunque claro, esto cuesta esfuerzo y muchas personas no están dispuestas a variar sus rutinas tóxicas.
De todos modos, si estás preocupado por tu salud cardiovascular has de saber que más allá de los niveles de colesterol en sangre hay varias cosas que puedes hacer para prevenir problemas de salud. La primera de ellas es hacer ejercicio de manera regular, y no vale con caminar. La segunda, que cuenta con muchas evidencias, es incrementar el consumo de ácidos grasos de la serie omega 3. Por último, mantén los niveles de vitamina D en rangos óptimos. Y no te olvides de descansar 7 u 8 horas cada noche.
Referencias bibliográficas
- Galicia-Garcia, U., Jebari, S., Larrea-Sebal, A., Uribe, K. B., Siddiqi, H., Ostolaza, H., Benito-Vicente, A., & Martín, C. (2020). Statin Treatment-Induced Development of Type 2 Diabetes: From Clinical Evidence to Mechanistic Insights. International journal of molecular sciences 21(13), 4725. https://doi.org/10.3390/ijms21134725
- Kwak D, Moon SJ, Park JW, Lee DH, Lee JI. Effects of Statin Treatment on the Development of Tendinopathy: A Nationwide Population-Based Cohort Study. Orthop J Sports Med. 2023 Jul 14;11(7):23259671231167851. doi: 10.1177/23259671231167851. PMID: 37465206; PMCID: PMC10350772.