La antropometría es la ciencia que estudia el estado de composición corporal del ser humano a través de diversas mediciones. Estima los compartimentos corporales (óseo, graso, magro y visceral) con la intención de ofrecer una idea sobre el estado de salud o de forma física de una persona. Se puede realizar tanto en sujetos sanos como en pacientes con patologías o en deportistas.
En los últimos años la antropometría ha evolucionado mucho. Existen diferentes mecanismos para obtener los datos, aunque hay que tener en cuenta que muy pocos ofrecen un alto grado de precisión. En la mayor parte del os casos se realiza un acercamiento cuyo resultado puede variar dependiendo del profesional que ejecuta el proceso.
Métodos de medición antropométrica
Existen varias maneras de realizar la antropometría. En primer lugar suele ejecutarse una medición directa de la altura y del peso, pudiéndose también establecer circunferencias corporales como la del brazo relajado y contraído, la de la pierna, la de la cintura o la de la cadera. Estos datos son los más precisos que se pueden obtener con un equipamiento simple. A partir de aquí cabe la alternativa de emplear tecnología compleja para evaluar los niveles de masa grasa, de masa ósea y de masa muscular.
El «gold standard» para la antropometría, es decir, el método de referencia, es la resonancia magnética. Pero realmente no se suele emplear con este fin. En primer lugar por el alto coste que conlleva. En segundo lugar porque somete al paciente a radiación, lo que hace que el ratio beneficio-riesgo no salga favorable.
Es posible emplear otro mecanismo bastante preciso que es el DEXA. La carga de radiación es inferior, así como el coste. De hecho se usa con cierta frecuencia en unidades hospitalarias pediátricas para realizar la antropometría de los niños con sobrepeso u obesidad. Es bastante preciso y nos sirve tanto para estimar los compartimentos corporales como para analizar su evolución.
Pero en el contexto ambulatorio y deportivo realmente lo que más abunda es la bioimpedancia o la antropometría a través de los pliegues cutáneos. Son métodos poco invasivos, rápidos y baratos. La mala noticia es que el nivel de precisión no es elevado y existe un error significativo dependiendo del medidor, del momento del día en el que se realice la prueba o incluso del estado de hidratación del paciente. Hagamos un repaso de ambos.
Bioimpedancia
La bioimpedancia eléctrica es una técnica que evalúa la proporción de agua, masa grasa, masa grasa y masa visceral a partir de la resistencia que los diferentes compartimentos corporales ofrecen al paso de una corriente eléctrica de muy baja intensidad. Los tejidos magros y líquidos corporales son buenos conductores mientras que la grasa no lo es tanto.
Existen varios tipos de equipos de bioimpedancia dependiendo del número de polos que se colocan sobre el cuerpo. Los de 8 electrodos son los más precisos y costosos en un principio. En cualquier caso hablamos de aparatos que suelen resultar portátiles y que permiten una medición rápida y cómoda del paciente.
La parte negativa es que el margen de error es bastante elevado y la reproductibilidad también resulta dudosa. Repetir consecutivamente la prueba en una misma persona puede saldarse con resultados diferentes entre sí. Además hace falta introducir manualmente una serie de datos que alteran también los valores finales.
Por otra parte hay que tener en cuenta que el estado de hidratación del individuo influye sobre la resistencia a la corriente. La prueba puede verse alterada si previamente se hizo ejercicio, si existe consumo de alcohol frecuente o anterior o si se ha consumido mucha agua. Aunque resulta fácil de ejecutar los resultados han de ser interpretados con cautela.
Antropometría mediante toma de pliegues
Este método requiere de la medición de pliegues corporales por parte de un profesional especializado con la ayuda de un plicómetro. Los resultados se introducen en una fórmula y posteriormente se obtiene el porcentaje de grasa corporal de la persona. La masa magra se estima analizando los diámetros de algunas secciones del cuerpo, también con la ayuda de ecuaciones predefinidas.
Existen diferentes ecuaciones que se pueden llevar a la práctica dependiendo de si se miden 4 o 6 pliegues. Lo habitual es emplear la fórmula de Faulkner cuando solo se toman los datos del tren superior o la de Carter cuando también se analizan las medidas del tren inferior. En cualquier caso el resultado también cuenta con un cierto margen de error, aunque sí el medidor es siempre el mismo resulta más fácil comprobar la progresión de un sujeto a lo largo del tiempo en lo que a masa grasa se refiere.
Normalmente los pliegues recogidos son el tricipital, el subescapular, el suprailíaco, el abdominal, el medial del muslo y el media de la pantorrilla.
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El IMC en la antropometría
Hasta hace pocos años se empleaba con frecuencia el en contexto de la antropometría un parámetro que era el índice de masa corporal o IMC: Para su análisis bastaba con dividir el peso en kilogramos entre la altura en metros al cuadrado. El resultado se cotejaba con unos valores predefinidos para determinar si el sujeto contaba con infrapeso, normopeso, sobrepeso u obesidad.
El problema de este sencillo resultado es que no tiene en cuenta la proporción de los compartimentos corporales. Esto quiere decir que una persona con un nivel muy elevado de masa muscular, por ejemplo un atleta de élite, podría estar situado atendiendo al IMC en una zona de sobrepeso, sin ser esto así.
En la actualidad el IMC ha quedado relegado a contextos ambulatorios muy concretos de personas con bajo peso o que cuentan con un valor de masa muscular disminuido. En el resto de los casos es más interesante evaluar el porcentaje de grasa corporal a través de cualquier de los métodos comentados anteriormente, siendo la antropometría a través de la toma de pliegues uno de los más indicados debido a su reproductibilidad.
El método ISAK para la antropometría
Según ha evolucionado la antropometría como ciencia se ha desarrollado un método conocido como ISAK (International Society for the Advancement of Kinanthropometry) que estandariza la toma de pliegues, diámetros y circunferencias corporales para ofrecer un resultado lo más preciso posible. Se emplean protocolos cerrados y validados que permiten medir las características del cuerpo humano, logrando también ofrecer una imagen detallada sobre el somatotipo de cada persona.
Este método cuenta con una formación certificada que se divide en 4 niveles dependiendo de la complejidad de las evaluaciones que se lleven a cabo. Asegura la repetibilidad y la fiabilidad con un total de 42 mediciones en los estadíos más avanzados. De hecho en investigación, cuando se analizan los compartimentos corporales, se acude a expertos con un nivel 3 o 4 en el método ISAK para la toma de muestras.
¿Para qué sirve evaluar la antropometría?
Evaluar la antropometría tiene sentido tanto para pacientes con patologías crónicas como para deportistas. En este último caso la aplicación es mucho más gráfica. En el atleta se busca maximizar el compartimento muscular y reducir el graso, por lo que la toma de pliegues o métodos similares permite hacer ajustes dietéticos posteriores enfocados en aumentar el rendimiento del deportista.
Pero estos parámetros son también determinantes en alguien que busca centrarse en la salud. El tejido magro es fundamental para asegurar un equilibrio a nivel inflamatorio, oxidativo y hormonal. Por otra parte conviene tener bajo control la cantidad de adiposidad subcutánea, de lo contrario podrían desarrollarse escenarios negativos como la resistencia a la insulina o la alteración de la función hepática.
Al final mantener un buen estado de composición corporal es clave de cara a prevenir el envejecimiento y también para paliar sus síntomas. Realizar evaluaciones periódicas que permitan ejecutar ajustes a nivel nutricional o de entrenamiento puede marcar la diferencia a medio plazo. Todo ello teniendo en cuenta que la medición de la antropometría suele ser sencilla, rápida y poco invasiva. Pronto se obtendrán datos útiles para valorar al paciente así como su evolución.
Referencias bibliográficas
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