Contenidos
- ¿Qué es la curcumina?
- Propiedades y beneficios de la curcumina
- ¿Cómo funciona la curcumina en el cuerpo?
- Curcumina para la inflamación y el dolor
- Curcumina para la salud articular
- Curcumina contra el cáncer
- ¿Cómo tomar curcumina?
- Interacciones con medicamentos
- ¿Cómo elegir el suplemento de curcumina adecuado?
- Referencias bibliográficas
La curcumina, el principal biocomponente amarillo de la cúrcuma, tiene propiedades antiinflamatorias, antioxidantes, anticancerígenas, antidiabéticas, antibacterianas, antiprotozoarias, antivirales, antifibróticas, inmunomoduladoras y antifúngicas.
La cúrcuma (Curcuma longa L.) es una especia muy utilizada en la India, China y el sudeste asiático como estimulante aromático, conservante de alimentos y colorante. A la cúrcuma también se le conoce como azafrán de ricino o raíz de azafrán. La cúrcuma es una sustancia natural polifenólica de color amarillo anaranjado derivada de los rizomas de C. longa. Se ha utilizado para tratar enfermedades inflamatorias comunes, tumores, enfermedades biliares, anorexia, tos, heridas tópicas, lesiones diabéticas, trastornos hepáticos, reumatismo y sinusitis.
¿Qué es la curcumina?
La curcumina es un pigmento natural que pertenece al grupo de los polifenoles y se encuentra principalmente en la cúrcuma (Curcuma longa), una planta de la familia del jengibre. Su nombre químico es diferuloilmetano. En su forma pura, la curcumina es un polvo amarillo brillante y es conocida por su uso en la coloración de alimentos y textiles, así como por su aplicación en medicina tradicional debido a sus posibles propiedades terapéuticas.
Además, la cúrcuma es una especia común utilizada en la preparación de currys en la India y otros países asiáticos debido a su sabor y color, siendo la India el mayor productor y el principal exportador de esta especia.
Aparte de su uso como especia de curry, la cúrcuma se ha utilizado históricamente como un agente colorante natural (alimentos, cosméticos y textiles), un repelente de insectos y como un agente antimicrobiano. Según la medicina ayurvédica, la cúrcuma se ha utilizado para diversos fines médicos, como la curación de heridas, problemas respiratorios, trastornos hepáticos y dermatológicos.
La curcumina, la demetoxicurcumina y la bisdemetoxicurcumina son compuestos polifenólicos bioactivos identificados en la cúrcuma, que se han denominado colectivamente curcuminoides. La curcumina, por tanto, es una de las principales sustancias activas responsables del color característico de la cúrcuma y es ampliamente investigada por sus potenciales beneficios en la salud.
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Propiedades y beneficios de la curcumina
La curcumina ha sido ampliamente estudiada por sus múltiples propiedades biológicas y beneficios potenciales para la salud. Entre los más destacados, encontramos:
Propiedades antiinflamatorias: puede ayudar a reducir la inflamación crónica, que está relacionada con enfermedades como la artritis, enfermedades cardiovasculares, y trastornos neurodegenerativos. Esto lo consigue a través de su mecanismo de acción al inhibir varias moléculas involucradas en la respuesta inflamatoria, como las citoquinas proinflamatorias (TNF-α, IL-1, IL-6), las enzimas ciclooxigenasa-2 (COX-2) y lipoxigenasa, así como el factor de transcripción NF-κB.
Propiedades antioxidantes: protege las células del daño oxidativo, que es un factor clave en el envejecimiento y en el desarrollo de enfermedades crónicas como el cáncer y enfermedades neurodegenerativas. Gracias a su mecanismo, neutraliza los radicales libres y aumenta la actividad de enzimas antioxidantes endógenas como la superóxido dismutasa (SOD), catalasa y glutatión peroxidasa.
Propiedades anticancerígenas: puede tener un efecto preventivo y terapéutico en varios tipos de cáncer, como el de colon, mama, próstata y pulmón. Sin embargo, se requiere más investigación clínica para confirmar su eficacia en humanos. Este efecto se relaciona debido a que la curcumina influye en varias vías de señalización celular que regulan el crecimiento celular, la apoptosis (muerte celular programada) y la angiogénesis (formación de nuevos vasos sanguíneos), inhibiendo el crecimiento de células cancerosas.
Propiedades neuroprotectoras: puede ayudar a prevenir o ralentizar la progresión de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson. También se ha estudiado por su potencial para mejorar la memoria y la función cognitiva. Esto sucede porque la curcumina atraviesa la barrera hematoencefálica y ejerce efectos antiinflamatorios y antioxidantes en el cerebro. Además, modula la actividad de factores neurotróficos y proteínas relacionadas con la supervivencia neuronal.
Propiedades cardioprotectoras: contribuye a la prevención de enfermedades cardiovasculares como la aterosclerosis, hipertensión y fallo cardíaco, reduciendo los factores de riesgo asociados. Esto es debido a que la curcumina mejora la función endotelial, reduce la inflamación sistémica, y disminuye la oxidación de las lipoproteínas de baja densidad (LDL). También puede ayudar a regular la presión arterial.
Propiedades antimicrobianas: puede ser útil en la prevención y tratamiento de infecciones bacterianas, fúngicas y virales. Actualmente, se están investigando sus efectos contra patógenos como Helicobacter pylori y virus como el de la hepatitis. Este efecto se da debido a que la curcumina exhibe actividad antibacteriana, antifúngica y antiviral al interferir con las membranas celulares microbianas y la síntesis de proteínas.
Propiedades metabólicas: puede ser beneficiosa en la prevención y tratamiento del síndrome metabólico, la diabetes tipo 2 y la dislipidemia. Por su mecanismo de acción, la curcumina mejora la sensibilidad a la insulina, regula los niveles de glucosa en sangre y disminuye los niveles de lípidos plasmáticos.
Propiedades inmunomoduladoras: puede ayudar a regular el sistema inmunológico, lo que es útil en el tratamiento de enfermedades autoinmunes y para fortalecer la respuesta inmunitaria en general. La curcumina modula la actividad del sistema inmunológico al influir en la producción de citoquinas, la activación de células T y B, y la respuesta de los macrófagos.
¿Cómo funciona la curcumina en el cuerpo?
Debido a sus distintos mecanismos de acción, la curcumina ejerce sus efectos en el cuerpo a través de varios procesos bioquímicos y celulares:
Modulación de las vías antioxidantes.
Modulación de enzimas.
Antioxidante.
Interacción con proteínas y receptores.
Modulación de la expresión génica.
Efectos sobre la microbiota intestinal.
En relación a la modulación de las vías antioxidantes, la curcumina puede inhibir la actividad de factores de transcripción como NF-kB (factor nuclear kappa B) y AP-1 (factor activador de la proteína 1), que regulan genes asociados con la inflamación. Al hacerlo, reduce la producción de mediadores inflamatorios como citoquinas y prostaglandinas. Además, también inhibe la actividad de enzimas proinflamatorias como la ciclooxigenasa-2 y lipoxigenasa, que están implicadas en la producción de mediadores inflamatorios.
Por otro lado, otra función importante que tiene es que actúa como un potente antioxidante, neutralizando radicales libres y reduciendo el estrés oxidativo. Esto protege a las células del daño causado por especies reactivas de oxígeno (ROS) y otras moléculas nocivas.
A ello hay que sumarle la capacidad de la curcumina para unirse a varias proteínas y receptores en las células, alterando su función y modulando diversas rutas de señalización. Esto incluye la inhibición de proteínas asociadas con el cáncer, la proliferación celular y la apoptosis.
También afecta la expresión de varios genes relacionados con la inflamación, el metabolismo celular, y la protección contra el daño celular, a través de su influencia en la transcripción genética. Además, aunque menos comprendido, hay evidencia de que la curcumina puede influir en la composición y función de la microbiota intestinal, lo que podría tener efectos indirectos en la salud sistémica.
Curcumina para la inflamación y el dolor
La curcumina es un compuesto prometedor en el tratamiento de la inflamación y el dolor, con estudios clínicos que apoyan su uso en condiciones como la artritis y el dolor postoperatorio. Estudios clínicos y revisiones científicas respaldan el uso de la curcumina como un agente antiinflamatorio y analgésico eficaz.
Mecanismo antiinflamatorio de la cúrcuma:
La curcumina actúa sobre múltiples vías y moléculas que regulan la inflamación:
Inhibición de NF-κB: el factor de transcripción NF-κB es un mediador clave en la inflamación, activando la expresión de citoquinas proinflamatorias como TNF-α, IL-1β e IL-6. La curcumina inhibe la activación de NF-κB, reduciendo así la producción de estas citoquinas.
Inhibición de COX-2 y LOX: estas enzimas son responsables de la síntesis de prostaglandinas y leucotrienos, respectivamente, que son mediadores de la inflamación y el dolor. La curcumina reduce la expresión de COX-2 y LOX, disminuyendo la inflamación y el dolor.
Modulación de citoquinas y quimioquinas: la curcumina regula negativamente varias citoquinas proinflamatorias, reduciendo la infiltración de células inmunitarias en los tejidos inflamados.
Efectividad en el tratamiento del dolor e inflamación:
Varios estudios clínicos han evaluado la eficacia de la curcumina en el manejo del dolor e inflamación, particularmente en enfermedades crónicas como la artritis:
Artritis reumatoide y osteoartritis: un ensayo clínico aleatorizado y controlado publicado por Chandran, B., & Goel, A. (2012), comparó los efectos de la curcumina (500 mg tres veces al día) con diclofenaco (50 mg dos veces al día) en pacientes con artritis reumatoide. Los resultados mostraron que la curcumina fue más efectiva que el diclofenaco en reducir la inflamación y el dolor, y no presentó efectos adversos significativos.
Dolor postquirúrgico: en el estudio de Abu-Hijleh, H. M., et al. (2023), se investigó los efectos de la curcumina en el dolor postoperatorio. Los pacientes que recibieron curcumina antes y después de la cirugía experimentaron menos dolor e inflamación en comparación con el grupo de control.
Síndrome metabólico y dolor crónico: otra investigación (Qui, L., et al. 2023) analizó múltiples estudios que involucraban a pacientes con síndrome metabólico. Se encontró que la curcumina redujo significativamente los marcadores inflamatorios como la proteína C-reactiva (PCR) y mejoró el dolor crónico asociado.
Curcumina para la salud articular
La curcumina es una opción terapéutica prometedora para mejorar la salud articular, especialmente en el contexto de enfermedades como la osteoartritis y la artritis reumatoide. Su capacidad para reducir la inflamación y el estrés oxidativo, junto con su perfil de seguridad favorable, la convierte en un suplemento útil para la salud articular.
Por su mecanismo de acción, inhibe vías inflamatorias, reduce la producción de prostaglandinas, que son mediadores clave del dolor y la inflamación en las articulaciones. La curcumina también actúa como un antioxidante, reduciendo el daño oxidativo en las articulaciones, lo cual es un factor contribuyente en la degeneración articular.
Su eficacia ha sido demostrada en diversas enfermedades articulares:
Osteoartritis: un estudio publicado por Belcaro, G., et al. (2010) evaluó el efecto de una formulación mejorada de curcumina (Meriva®) en pacientes con osteoartritis de rodilla. Los participantes que tomaron 1 gramo de Meriva® al día durante tres meses experimentaron una reducción significativa del dolor y la inflamación en comparación con el grupo control.
Artritis reumatoide: como se ha nombrado en el punto anterior, los resultados de las investigaciones mostraron que la curcumina fue efectiva en la reducción de la inflamación articular y el dolor, sin causar efectos secundarios adversos significativos.
Síntesis de cartílago: la curcumina también ha mostrado efectos protectores sobre los condrocitos, las células que forman el cartílago articular. Así lo demostró un estudio realizado por Makuch, S., et al. (2021), en el que se concluyó que la curcumina inhibe la degradación del cartílago inducida por citoquinas inflamatorias.
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Curcumina contra el cáncer
La curcumina muestra un potencial considerable como agente anticancerígeno debido a su capacidad para modular múltiples vías celulares involucradas en la proliferación tumoral, la inflamación, la apoptosis, la angiogénesis y la metástasis. Aunque la investigación clínica aún se encuentra en una fase inicial y enfrenta desafíos relacionados con la biodisponibilidad, parece ser que los resultados hasta ahora son prometedores, especialmente en cánceres difíciles de tratar como el cáncer de páncreas y el cáncer colorrectal.
La curcumina ejerce efectos anticancerígenos a través de múltiples mecanismos:
Inhibición de proliferación celular: la curcumina puede detener el ciclo celular en varias fases, interfiriendo con las vías de señalización que son cruciales para la proliferación de células cancerosas. Por ejemplo, se ha demostrado que inhibe la vía PI3K/AKT/mTOR, que está involucrada en el crecimiento y supervivencia celular.
Inducción de apoptosis: también se ha visto que la curcumina puede inducir apoptosis en células cancerosas a través de la activación de vías intrínsecas y extrínsecas de apoptosis, incluyendo la activación de caspasas y la modulación de Bcl-2 y Bax.
Inhibición de la angiogénesis y metástasis: la curcumina inhibe la angiogénesis (formación de nuevos vasos sanguíneos) y la metástasis (diseminación del cáncer a otras partes del cuerpo) al regular negativamente la expresión de factores angiogénicos como VEGF y la inhibición de las metaloproteinasas de la matriz (MMPs).
Evidencia clínica:
Cáncer colorrectal: un ensayo clínico de fase II realizado por Garcea, G., et al. (2005) investigó el efecto de la curcumina en pacientes con cáncer colorrectal. Se administraron dosis de hasta 3.6 g/día de curcumina, lo que resultó en la reducción de niveles de marcadores de inflamación como COX-2 en los tejidos tumorales, sugiriendo un efecto anticancerígeno directo.
Cáncer de mama: en modelos animales y estudios celulares, la curcumina ha mostrado eficacia en la reducción del crecimiento de células de cáncer de mama, especialmente en subtipos de cáncer de mama triple negativo (TNBC), que son difíciles de tratar. Estos estudios han destacado la capacidad de la curcumina para sensibilizar a las células cancerosas a la quimioterapia. Faltaría más investigación para obtener resultados más confiables.
Cáncer de páncreas: un ensayo clínico realizado por Epelbaum, R., et al. (2010) evaluó la curcumina como un agente terapéutico en pacientes con cáncer de páncreas avanzado. Los resultados mostraron que la curcumina, en combinación con gemcitabina, tenía efectos beneficiosos en la estabilización de la enfermedad en algunos pacientes, aunque la biodisponibilidad sigue siendo un desafío.
¿Cómo tomar curcumina?
Tomar curcumina de manera efectiva requiere considerar aspectos como la dosis, la formulación o las posibles interacciones con otros medicamentos. Para maximizar los beneficios, es conveniente tener en cuenta las siguientes consideraciones:
Dosis recomendada:
Suplementos de curcumina: la dosis estándar varía entre 500 mg y 2000 mg al día, dividida en 2 o 3 dosis. Para condiciones específicas como la inflamación crónica, algunos estudios sugieren dosis más altas.
Cúrcuma en polvo: si prefieres la cúrcuma en su forma natural, necesitarías entre 2 y 5 gramos de cúrcuma en polvo al día para obtener una cantidad significativa de curcumina (que representa alrededor del 2-5 % del peso de la cúrcuma).
Mejora de la biodisponibilidad: la biodisponibilidad de la curcumina en cúrcuma en polvo es baja, por lo que es recomendable combinarla con otros agentes que mejoren su absorción, entre los que destacamos:
Piperina: la curcumina tiene una biodisponibilidad intrínsecamente baja, lo que significa que es difícil para el cuerpo absorberla en grandes cantidades. La piperina, un compuesto encontrado en la pimienta negra, puede aumentar la absorción de curcumina en el cuerpo hasta 20 veces.
Formulaciones especializadas:
Curcumina liposomal: encapsula la curcumina en liposomas (pequeñas vesículas de grasa) para mejorar su absorción en el intestino.
Curcumina micelar: utiliza estructuras micelares que rodean la curcumina, haciéndola más soluble en agua y mejor absorbible.
Complejo de curcumina-fosfolípidos (Meriva®): combina curcumina con fosfolípidos para mejorar su biodisponibilidad y facilitar la entrega a las células.
Modo de ingesta: es preferible tomar curcumina junto con las comidas, especialmente aquellas que contengan grasas saludables (como aguacate, aceite de oliva, o frutos secos). Esto se debe a que la curcumina es liposoluble, lo que significa que se disuelve mejor y se absorbe más eficientemente en presencia de grasa.
Duración del consumo: puede tomarse tanto a corto plazo, como a largo plazo. A corto plazo estaría indicada para tratar inflamaciones agudas o afecciones temporales, pudiéndose tomar a dosis más altos durante un periodo limitado. En cambio, también puede tomarse a largo plazo para condiciones crónicas como la artritis o la inflamación sistémica, haciéndolo a dosis moderadas durante periodos prolongados.
Interacciones con medicamentos
La cúrcuma, y específicamente la curcumina, puede interactuar con varios medicamentos debido a sus efectos sobre el metabolismo hepático, la coagulación sanguínea, y otras funciones corporales. Entre ellas, destacan las siguientes:
Anticoagulantes y antiplaquetarios: la curcumina tiene propiedades antiplaquetarias y anticoagulantes, lo que significa que puede aumentar el riesgo de sangrado cuando se toma junto con estos medicamentos. Puede potenciar los efectos de los anticoagulantes, lo que podría resultar en un sangrado excesivo o hemorragias.
Medicamentos afectados: Warfarina (Coumadin), clopidogrel (Plavix), aspirina, heparina, dabigatrán (Pradaxa), rivaroxabán (Xarelto).
Medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINEs): la cúrcuma también tiene propiedades antiinflamatorias. Aunque esto puede ser beneficioso, combinarla con AINEs puede aumentar el riesgo de irritación gastrointestinal y úlceras.
Medicamentos afectados: ibuprofeno, naproxeno, diclofenaco.
Medicamentos que afectan el metabolismo hepático (CYP450): la curcumina puede inhibir o inducir enzimas del citocromo P450 en el hígado, como CYP3A4 y CYP1A2. Esto puede alterar la velocidad con la que el cuerpo metaboliza ciertos medicamentos, ya sea aumentando sus niveles (y el riesgo de efectos secundarios) o disminuyendo su eficacia.
Medicamentos afectados: estatinas (atorvastatina, simvastatina), antidepresivos (fluoxetina, sertralina), inmunosupresores (ciclosporina), antihistamínicos (fexofenadina), medicamentos para el cáncer, entre otros.
Medicamentos antidiabéticos: la cúrcuma puede reducir los niveles de glucosa en sangre. Si se toma junto con medicamentos antidiabéticos, existe el riesgo de que los niveles de azúcar en sangre caigan demasiado, causando hipoglucemia.
Medicamentos afectados: metformina, insulina, glibenclamida.
Medicamentos para reducir el ácido estomacal: La cúrcuma puede aumentar la producción de ácido gástrico, lo que podría reducir la eficacia de los medicamentos que se utilizan para disminuir la acidez estomacal. Esto podría ocasionar síntomas de reflujo ácido o úlceras estomacales.
Medicamentos afectados: omeprazol, ranitidina, famotidina, esomeprazol.
Medicamentos para la tensión arterial: la curcumina puede tener un efecto vasodilatador, lo que puede potenciar el efecto de los medicamentos antihipertensivos y llevar a una presión arterial demasiado baja (hipotensión).
Medicamentos afectados: amlodipino, enalapril, losartán.
Quimioterapia y medicamentos anticancerígenos: La curcumina podría interferir con ciertos medicamentos quimioterapéuticos, afectando su eficacia. Algunos estudios sugieren que podría tener efectos tanto potenciadores como inhibidores, dependiendo del tipo de cáncer y del fármaco.
Medicamentos afectados: algunos agentes quimioterapéuticos como la doxorrubicina, ciclofosfamida y docetaxel.
Inmunosupresores: la curcumina puede alterar la respuesta inmune, lo que podría afectar la eficacia de los inmunosupresores y potencialmente aumentar el riesgo de rechazo en personas que han recibido trasplantes de órganos.
Medicamentos afectados: ciclosporina, tacrolimus.
Medicamentos para la tiroides: la curcumina puede afectar la absorción y la función de la levotiroxina, un medicamento utilizado para el tratamiento del hipotiroidismo, lo que podría requerir ajustes en la dosis.
Medicamentos afectados: levotiroxina.
Estas interacciones no significan que la cúrcuma sea peligrosa en todos los casos, pero sí subrayan la importancia de usarla con precaución y bajo supervisión médica cuando se están tomando otros medicamentos.
¿Cómo elegir el suplemento de curcumina adecuado?
Elegir un suplemento de curcumina adecuado requiere atención a varios factores clave. Te los cuento:
Tipo de formulación:
Curcumina con piperina: para obtener una mayor biodisponibilidad que asegure una mejora de la absorción de la curcumina, muchos suplementos combinan piperina (un extracto de la pimienta negra) con cúrcuma. La principal ventaja de ello es que mejora la absorción de la curcumina.
Cómo encontrarlos: en productos etiquetados como «Curcumin C3 Complex®» o que mencionen «Bioperine®» (marca de piperina).
Curcumina liposomal: este formato encapsula la curcumina en vesículas de grasa (liposomas) para facilitar su absorción. Esto ofrece como ventaja una alta biodisponibilidad y también evita la necesidad de piperina, lo que puede ser útil para personas que no toleran bien la pimienta negra.
Cómo encontrarlos: en suplementos que indican «liposomal» o «nanoemulsión» en la etiqueta.
Curcumina micelar: utiliza micelas, que son estructuras esféricas que mejoran la solubilidad en agua de la curcumina.
Cómo encontrarlos: en productos que mencionan «micelle curcumin» o «CurcuWin®».
Complejo de curcumina-fosfolípidos (Meriva®): combina curcumina con fosfolípidos para mejorar la absorción en el cuerpo. La principal ventaja es que cuenta con una alta biodisponibilidad, teniendo una buena estabilidad gastrointestinal.
Cómo encontrarlos: en suplementos que indican «Meriva®» en la etiqueta.
Dosis y concentración: es aconsejable verificar cuánta curcumina activa contiene cada dosis. Una dosis efectiva generalmente oscila entre 500 mg y 2000 mg por día. Por otro lado, busca suplementos que especifiquen el porcentaje de curcuminoides (el grupo de compuestos activos de la cúrcuma). Un buen producto debería contener al menos un 95 % de curcuminoides.
Certificación de calidad:
Buenas Prácticas de Manufactura (GMP): si el suplemento está fabricado bajo normas GMP, garantiza que el producto ha sido elaborado con un control de calidad adecuado.
Etiquetas de Calidad: certificaciones como NSF International, USP (U.S. Pharmacopeia), o ConsumerLab pueden ser indicadores de un producto confiable.
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