A lo largo de la historia, la patología de la gota siempre ha estado fuertemente asociada con alimentos abundantes y una ingesta inmoderada de alcohol. La gota es incluso conocida como la «enfermedad del rey» y simbolizaba el estatus social en la antigüedad, ya que sólo la clase alta podía permitirse el lujo de consumir vino y carnes. Sin embargo, actualmente la gota se ha establecido como un problema de salud mundial. La buena noticia es que con la dieta para la gota se puede controlar de manera eficiente.
En la última década se ha logrado un conocimiento más amplio sobre los factores dietéticos asociados con la hiperuricemia y la gota. La obesidad, el consumo excesivo de carnes rojas y bebidas alcohólicas ya eran reconocidos como factores causales desde la antigüedad.
La gota se caracteriza no sólo por un aumento del ácido úrico y eventuales episodios de artritis y daño articular crónico, sino también por su asociación con varias comorbilidades y un mayor riesgo cardiovascular. La adopción de hábitos alimentarios más saludables puede contribuir a un mejor manejo de la uricemia y también a una reducción de las enfermedades asociada
¿Qué es la gota?
La gota es la forma más común de artritis inflamatoria y afecta aproximadamente a 41 millones de adultos en todo el mundo. La carga global de la gota ha aumentado en las últimas tres décadas, pero su manejo sigue siendo subóptimo.
Se trata, por tanto, de una forma de artritis que se caracteriza por la acumulación de cristales de ácido úrico en las articulaciones sinoviales. El ácido úrico es una sustancia que se forma cuando el organismo descompone las purinas, que son sustancias presentes en algunos alimentos y que forman parte de las células del cuerpo.
La hiperuricemia resulta de una sobreproducción de urato o de una subexcreción renal y/o gastrointestinal, o de ambas, aunque la subexcreción es la causa predominante de hiperuricemia en personas con gota. Aproximadamente 1/3 de la reserva corporal de uratos se deriva de la dieta, mientras que las contribuciones de la producción endógena son aproximadamente de 2/3. Sin embargo, el problema más importante en la gota es la subexcreción de uratos.
Cuando hay niveles elevados de ácido úrico en la sangre, pueden formarse cristales de urato monosódico que se depositan en las articulaciones, causando inflamación y dolor. La articulación más comúnmente afectada es la primera articulación metatarsofalángica (es decir, en la base del dedo gordo del pie), aunque otras también pueden verse dañadas (principalmente rodilla y dedos). Además, la gota está asociada con afecciones renales y cardiometabólicas, incluyendo obesidad, hipertensión, hiperlipidemia, infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y enfermedad renal crónica.
Los principales factores de riesgo asociados con la gota son un Índice de Masa Corporal (IMC) mayor que 25 (sobrepeso u obesidad), el consumo de alcohol, la no adherencia a una dieta saludable y el uso de diuréticos.
Dieta para la gota
La modificación de la dieta podría representar una regulación nutricional adecuada para los pacientes con gota o para que los pacientes potenciales reduzcan eficazmente la incidencia de la patología.
La gota y la hiperuricemia pueden considerarse componentes del síndrome metabólico, ya que la resistencia a la insulina conduce a una subexcreción renal de ácido úrico. Por lo tanto, las intervenciones dietéticas dirigidas a mejorar la eficiencia del metabolismo deberían tener el efecto dual y sinérgico a la hora de mejorar los factores de riesgo cardiometabólico y al mismo tiempo reducir el riesgo de gota.
Existen varios patrones dietéticos saludables, incluidas las dietas mediterránea y DASH (diseñada para reducir la hipertensión), que se han investigado en estudios de cohortes intervencionistas u observacionales y se ha demostrado que son beneficiosos. A parte se ha detectado una correlación positiva con la ingesta de carnes rojas, mariscos, alcohol o fructosa. Por ello es importante limitar su presencia en la pauta.
No obstante, la orientación convencional de seguir una dieta baja en purinas (es decir, baja en proteínas) puede ser perjudicial ya que puede conducir a un mayor consumo de carbohidratos y grasas (a menudo refinados, incluidas las grasas saturadas y trans), lo que puede empeorar las comorbilidades cardiometabólicas de la gota y puede en realidad contribuir a la hiperuricemia.
Además, la evidencia existente sugiere que la adopción a largo plazo de una dieta baja en purinas para el tratamiento de la gota no es útil ni sostenible para los pacientes con gota y puede tener consecuencias perjudiciales. Es necesario un cambio de paradigma que considere la gota como parte del síndrome metabólico y se centre en patrones dietéticos integrales en lugar de alimentos singulares.
Alimentos que aumentan el ácido úrico
Sería necesario reducir o evitar alimentos ricos en purinas, especialmente a corto plazo, como:
Carnes rojas y procesadas: res, cerdo, cordero, embutidos, charcutería…
Mariscos: especialmente mejillones y crustáceos.
Vísceras: hígado, riñones y casquería en general.
Vegetales ricos en purinas: algunos vegetales contienen purinas en cantidades moderadas, como espinacas, coliflor y espárragos. Si bien estos no deben eliminarse, es aconsejable consumirlos con moderación, ya que, en el metaanálisis y revisión sistemática realizada por Li, R., et al. (2018), las verduras con alto contenido de purinas no mostraron asociación con la hiperuricemia, pero sí una asociación negativa con la gota.
Alcohol: el alcohol puede aumentar los niveles de ácido úrico y provocar ataques de gota, incrementando el riesgo de una forma dosis-dependiente.
Jarabe de maíz alto en fructosa: este ingrediente puede encontrarse en productos como refrescos, salsas, galletas, mermeladas, postres, helados, zumos y alimentos ultraprocesados, entre otros.
Azúcares añadidos: productos azucarados.
Además, los factores de riesgo cardiometabólicos, incluidos el IMC (Índice de Masa Corporal), la presión arterial, el perfil de colesterol, los triglicéridos y la resistencia a la insulina, también se verán mejorados disminuyendo o evitando el consumo especialmente productos como el alcohol, azúcares añadidos, carnes procesadas, jarabe de maíz alto en fructosa o ultraprocesados en general.
¿Qué frutas están prohibidas para bajar el ácido úrico?
Existen algunas frutas que tienen una alta concentración en purinas, por lo que su consumo se debe evitar en la dieta para la gota con el objetivo de bajar el ácido úrico. Hablamos fundamentalmente de aquellas que presentan mucha fructosa en su interior, ya que ese azúcar consigue estimular la producción del subproducto de la urea, provocando mayor acumulación. Nos referimos a las siguientes:
- Pasas: con 35 gramos de fructosa por cada 100 gramos de producto.
- Dátiles: con 25 gramos de fructosa.
- Uvas: con 8,5 gramos de fructosa.
- Peras: con 7,5 gramos de fructosa.
- Manzanas: con 5, 9 gramos de fructosa.
Alimentos permitidos para bajar el ácido úrico
Para el control de los niveles de ácido úrico en sangre, será necesario incluir un patrón alimentario que incluya alimentos como:
Frutas: manzanas, peras, cerezas y fresas son opciones saludables y bajas en purinas. Las cerezas, en particular, se han asociado en algunos estudios con la reducción de los niveles de ácido úrico.
Vegetales de hoja verde: opciones saludables y bajas en purinas (lechuga, acelgas, rúcula…).
Granos enteros: como avena, arroz integral, cebada y quinoa son fuentes de carbohidratos saludables y bajos en purinas.
Productos lácteos bajos en grasa (desnatados): leche, yogur y queso bajo en grasa pueden ser incluidos en la alimentación, ya que varios estudios sugieren que los lácteos pueden ayudar a reducir el riesgo de gota.
Proteínas magras: como huevos y también pollo, pavo, conejo (carnes blancas) y pescados son opciones de proteínas más seguras en comparación con carnes rojas y mariscos.
Legumbres: como las lentejas, garbanzos y alubias son fuentes de proteínas vegetales y tienen bajos niveles de purinas.
Café, té y cafeína: se asocia con niveles menores de urato sérico y menor riesgo de gota.
Aceites saludables: aceite de oliva y aguacates son fuentes de grasas saludables que pueden incluirse en la dieta.
Frutos secos y semillas: como almendras, nueces o semillas de chía son opciones nutritivas y bajas en purinas.
Frutas permitidas en la dieta para bajar el ácido úrico
Anteriormente comentamos que era importante reducir el consumo de frutas con alto contenido en fructosa para evitar la acumulación de ácido úrico en el organismo. Pero existen otras muchas que apenas cuentan con este azúcar en su interior, por lo que se pueden incluir sin problema ninguno en la dieta para asegurar una buena ingesta de antioxidantes y de vitaminas. Son estas:
- Coco.
- Albaricoque.
- Lima.
- Melón.
- Piña.
- Fresas.
- Papaya.
Perder peso para controlar la gota
La dieta puede contribuir a la hiperuricemia, pero las contribuciones genéticas y la obesidad en sí parecen ser los principales impulsores de la hiperuricemia en la población general.
Un mayor IMC se asocia con un mayor riesgo de hiperuricemia y gota en una variedad de estudios. Un aumento de peso se asocia con un aumento del urato sérico con el tiempo. Por tanto, la pérdida de peso se relaciona con un menor riesgo de incidencia de la enfermedad y algunos de los beneficios asociados son los siguientes:
Reducción de los niveles de ácido úrico.
Menor frecuencia de ataques de gota
Mejora de la sensibilidad a la insulina.
Disminución de la presión arterial y riesgo cardiovascular.
Mejora en la movilidad y calidad de vida.
Consejos para seguir una dieta para la gota
Con el objetivo de reducir los niveles de ácido úrico y disminuir la frecuencia de los ataques, es importante adoptar un estilo de vida que incluya las siguientes recomendaciones:
Limitar alimentos ricos en purinas: al menos a corto plazo.
Incluir fuentes de proteína magra: estas opciones son más bajas en purinas y pueden ser parte de una alimentación equilibrada.
Aumentar la ingesta de frutas y verduras: por su baja cantidad en purinas y beneficiosos nutrientes.
Evitar el consumo de alcohol: reducir o eliminar el consumo de alcohol, especialmente la cerveza, ya que puede aumentar los niveles de ácido úrico.
Mantener una buena hidratación: beber suficiente agua a lo largo del día. La hidratación adecuada podría ayudar a diluir el ácido úrico y favorecer su eliminación a través de la orina.
Controlar el consumo de azúcares añadidos y grasas saturadas: limitar los alimentos y bebidas con alto contenido de azúcares añadidos y grasas saturadas, ya que pueden contribuir al aumento de peso.
Evitar el ayuno y las dietas extremas: evitar ayunos prolongados y dietas muy bajas en calorías, ya que pueden aumentar los niveles de ácido úrico.
Mantener un peso saludable: la pérdida de peso gradual, si es necesario, puede ayudar a reducir los niveles de ácido úrico y disminuir la frecuencia de los ataques de gota.
Incluir actividad física regular: incluir entrenamientos de fuerza y aumentar la actividad física en general.
Suplementos en la dieta para la gota
Además de los patrones de intervención comentados hay que destacar que existen algunos suplementos que se pueden incluir en la dieta para la gota, reduciendo la sintomatología y los niveles elevados de ácido úrico. Son los siguientes:
- Vitamina C: baja los niveles de ácido úrico a través de una mayor excreción renal. La dosis empleada en estos casos es de 500-1000 mg al día, siendo segura y no causando efectos secundarios.
- Extracto de cerezas ácidas: un compuesto con elevada capacidad antioxidante y antiinflamatoria que se emplea a veces en contextos deportivos para facilitar la recuperación. En este caso sería suficiente con administrar 1000 mg de dicho producto o un vaso de zumo de cerezas ácidas en su lugar. Esto podría reducir el riesgo de sufrir un ataque de gota en un 35 % a través de una disminución del ácido úrico en el organismo.
- Quercetina: hablamos de un flavonoide con propiedad antiinflamatoria y uricosúrica. Incrementa la excreción renal de ácido úrico, por lo que mejora los resultados de la dieta para la gota. La dosis es de 500-1000 mg al día e incluso puede llegar a bajar el dolor de las articulaciones que han sido afectadas por esta patología.
- Omega 3: ayudan a controlar los niveles de inflamación en el organismo. No afectan directamente a la concentración de ácido úrico, pero sí reducen el dolor articular asociado a los ataques de gota. Es importante en este caso garantizar entre 1000 y 3000 mg de EPA y DHA combinados, con una buena pureza de cada compuesto y evitando la oxidación de los mismos.
- Cúrcuma: 500-1000 mg al día de curcumina, con piperina, alivian la inflamación durante los ataques de gota, mejorando la sintomatología y la hinchazón.
Referencias bibliográficas
Danve, A., Sehra, S. T., & Neogi, T. (2021). Role of diet in hyperuricemia and gout. Best practice & research. Clinical rheumatology, 35(4), 101723.
Yokose, C., McCormick, N., & Choi, H. K. (2021). The role of diet in hyperuricemia and gout. Current opinion in rheumatology, 33(2), 135–144.
Álvarez-Lario, B., & Alonso-Valdivielso, J. L. (2014). Hiperuricemia y gota; el papel de la dieta [Hyperuricemia and gout; the role of diet]. Nutrición hospitalaria, 29(4), 760–770.
Li, R., Yu, K., & Li, C. (2018). Dietary factors and risk of gout and hyperuricemia: a meta-analysis and systematic review. Asia Pacific journal of clinical nutrition, 27(6), 1344–1356.
Choi, H. K., McCormick, N., Lu, N., Rai, S. K., Yokose, C., & Zhang, Y. (2020). Population Impact Attributable to Modifiable Risk Factors for Hyperuricemia. Arthritis & rheumatology (Hoboken, N.J.), 72(1), 157–165.
Nielsen, S. M., Bartels, E. M., Henriksen, M., Wæhrens, E. E., Gudbergsen, H., Bliddal, H., Astrup, A., Knop, F. K., Carmona, L., Taylor, W. J., Singh, J. A., Perez-Ruiz, F., Kristensen, L. E., & Christensen, R. (2017). Weight loss for overweight and obese individuals with gout: a systematic review of longitudinal studies. Annals of the rheumatic diseases, 76(11), 1870–1882.
Te ayudo a cambiar tus hábitos
¿Tienes poco tiempo? ¿Lo intentaste y no dio resultado? Te ayudaré a hacerlo fácil y eficiente, invirtiendo el mínimo tiempo y esfuerzo posibles para lograr el máximo resultado.
¿Quieres ponerte en forma?
Una programación de nutrición + entrenamiento bien diseñada te permitirá consolidar buenos avances y no estancarte. Yo te ayudo con esto