El cannabidiol (CBD) es un compuesto derivado del cannabis. Aunque fue aislado por primera vez del cannabis en el 1940 por Roger Adams, la estructura del CBD no se esclareció completamente hasta 1963. Ha ganado gran popularidad recientemente debido a sus presuntos beneficios terapéuticos sin efectos psicoactivos significativos asociados al tetrahidrocannabinol (THC), otra famosa sustancia presente en la planta. Se ha producido una expansión de productos que contienen CBD como aceites, cremas y comestibles. Su uso actual abarca desde alivio del dolor hasta el tratamiento de la ansiedad.
¿Qué es el cannabidiol (CBD)?
El cannabidiol es un componente químico no psicoactivo procedente de la planta de cannabis (Cannabis sativa), siendo uno de los más de cien cannabinoides presentes en dicha planta. Su efecto se asocia a la interacción con el sistema endocannabinoide del cuerpo, que desempeña un papel clave en la regulación de diversas funciones fisiológicas, influyendo en receptores que regulan funciones como el dolor, la inflamación, el estado de ánimo y el sueño. Todo ello sin causar los efectos nocivos asociados al THC, siendo este el elemento más conocido de la planta.
Se ha estudiado el cannabidiol por sus posibles aplicaciones terapéuticas en una variedad de condiciones médicas, incluyendo áreas de medicina, neurología, psiquiatría y salud general. Sus efectos y su aplicabilidad terapéutica aún están en evolución, y se necesitaría mayor investigación para confirmar y entender completamente sus beneficios y posibles contraindicaciones. No obstante, las evidencias acumuladas hasta la fecha son favorables, atribuyendo a este compuesto un gran potencial.
Beneficios del cannabidiol (CBD)
El cannabidiol ha mostrado algunos beneficios potenciales respaldados por evidencia científica, entre los que encontramos:
Alivio en el dolor crónico.
Efecto antiinflamatorio.
Reducción de la ansiedad y el estrés.
Ayuda en trastornos del sueño como el insomnio.
Tratamiento de enfermedades neuropsiquiátricas como la epilepsia.
Disminución de las DOMS (dolor muscular ocasionado por el entrenamiento, conocido como “agujetas”).
Algunos estudios han demostrado su eficacia en el tratamiento de ciertos tipos de epilepsia, como el síndrome de Lennox-Gastaut y el síndrome de Dravet. Los mecanismos de acción del cannabidiol actúan sobre varias dianas moleculares y sus implicaciones farmacológicas se relacionan con mejoras en enfermedades inflamatorias y neurodegenerativas. Es importante destacar que, aunque existen muchos beneficios que cuentan con evidencia contrastada, la investigación que los respalda es aún es limitada y se necesitan más estudios para ganar en solidez.
¿Cómo tomar cannabidiol (CBD)?
La presentación habitual del cannabidiol es en aceite (normalmente de cáñamo). Esto se debe a que el CBD es muy lipofílico, es decir, que su coadministración con grasas incrementa considerablemente su biodisponibilidad. Por tanto esta es el formato más conocido y usado por su facilidad de administración en gotas dosificadas. Cabe destacar que por cuestiones legales en muchos países se etiqueta como producto de uso tópico, aunque después se ingiera por vía oral.
El CBD también se vende en otros formatos como extractos, en líquido vaporizado o en cápsulas a base de aceite. Además, hay otras formas de encontrarlo, tanto en alimentos, como en bebidas y en productos de belleza.
La dosis recomendada de CBD puede variar en función de la persona, el objetivo de su consumo o su formato de uso. Es aconsejable comenzar con una dosis baja, alrededor de 5-10 mg, ajustando según sea necesario. La mayoría de estudios aconsejan entre 1 y 5 mg/kg/día, ya que se considera una dosis efectiva y segura. Por otra parte, en una revisión sistemática llevada a cabo por Millar, et al. (2019), se recomienda un rango entre 1 y 50 mg/kg/día. En cualquier caso, como con cualquier suplemento, se recomienda no sobrepasar la dosis efectiva recomendada.
Es importante destacar que existen dos tipos de presentaciones de CBD según su contenido en cannabinoides: el aislado o el full spectrum. Este último cuenta con cierta proporción de THC en su interior, aunque siempre inferior al 0,1 %. El hecho de que estén presentes todos estos compuestos en el interior del suplemento potencia el efecto beneficioso del mismo, sin conllevar un riesgo añadido.
El CBD y la ley
La legalidad del cannabidiol puede variar significativamente según los países. En muchos lugares, el CBD derivado del cáñamo con bajo contenido en THC suele ser legal, así como en los distintos países de la Unión Europea (UE). Algunos países tienen restricciones estrictas sobre el CBD, mientras que otros lo permiten con ciertas regulaciones. Ejemplos de países con leyes más restrictivas pueden incluir Malasia y Singapur.
Además, es importante destacar que el CBD no está clasificado como sustancia prohibida o dopante. Sin embargo, las regulaciones pueden variar según el país, por lo que es importante verificar la normativa local.
En el deporte, la Agencia Mundial Antidopaje (AMA, o WADA por sus siglas en inglés), considera como sustancias prohibidas cualquier tipo de cannabinoide, excepto el cannabidiol. Es cierto que las formulaciones full spectrum contienen THC en su interior, pero en una dosis tan baja que no llega a ser detectable en los controles siempre y se administre según lo comentado anteriormente. Aunque siendo un compuesto acumulable en la grasa, es preciso no sobrepasar la cantidad indicada para evitar problemas.
Con el fin de garantizar un consumo seguro y legal, es recomendable evitar su compra en países externos a la UE y al control de Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). También es fundamental adquirirlo en empresas que cuenten con garantías de calidad por medio de sellos de calidad o auditorías externas.
Interacciones con fármacos
La interacción entre el CBD y ciertos medicamentos se articula sobre la capacidad de los diversos compuestos para inhibir las enzimas del citocromo P450 (CYP450) en el hígado, que están involucradas en el metabolismo de muchos fármacos. Algunos estudios sugieren que el CBD puede afectar la descomposición de medicamentos como los anticoagulantes (warfarina), los anticonvulsivos (clobazam y valproato) y los bloqueadores de calcio (medicamentos para la presión arterial).
Generalmente el CBD generalmente se tolera bien, aunque puede provocar ciertos efectos secundarios como sequedad en la boca, diarrea, disminución del apetito, somnolencia y fatiga. Asimismo, su consumo no es recomendable en niños o en mujeres embarazadas. Por lo general se cataloga como un compuesto seguro para el ser humano.
Referencias bibliográficas
Burstein S. (2015). Cannabidiol (CBD) and its analogs: a review of their effects on inflammation. Bioorganic & medicinal chemistry, 23(7), 1377–1385.
Castillo-Arellano, J., Canseco-Alba, A., Cutler, S. J., & León, F. (2023). The Polypharmacological Effects of Cannabidiol. Molecules (Basel, Switzerland), 28(7), 3271.
Millar, S. A., Stone, N. L., Bellman, Z. D., Yates, A. S., England, T. J., & O’Sullivan, S. E. (2019). A systematic review of cannabidiol dosing in clinical populations. British journal of clinical pharmacology, 85(9), 1888–1900.
White, C. M. (2019). A Review of Human Studies Assessing Cannabidiol’s (CBD) Therapeutic Actions and Potential. Journal of Clinical Pharmacology, 59(7), 923-934.
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