Cuando el objetivo es perder peso, mucha gente escoge el camino corto. Este suele ser el de las dietas milagro. Hablamos de una clase de planes de alimentación que se caracterizan por las restricciones de grupos de alimentos, con todos los perjuicios que esto conlleva.
Antes de comenzar, hay que tener en cuenta que la nutrición saludable se construye sobre 3 pilares fundamentales: la variedad, la individualización y el equilibrio energético. Romper cualquiera de estos preceptos puede generar alteraciones en el estado de salud a medio plazo.
¿Qué es una dieta milagro?
Lo primero que hay que tener claro es en qué consiste una dieta milagro. Se trata de un método de alimentación temporal que enfatiza el consumo de un determinado producto categorizado como milagroso o medicinal, mientras que restringe la presencia de otros muchos alimentos y productos necesarios para el organismo.
Normalmente se denominan en base al comestible que predomina en las mismas. Así podemos destacar la dieta de la manzana, la de la piña, la dieta de los batidos verdes…todas ellas guardan una serie de semejanzas que las convierten en planes desaconsejados.
Por otra parte, existe otra característica común a estos planes de alimentación. Prometen resultados increíbles en periodos muy cortos de tiempo, dado que su aplicación no es sostenible, no se puede mantener más allá de 3 o de 4 semanas.
Los déficits de las dietas milagro
La mayor parte de las dietas milagro resultan deficitarias en macro y en micronutrientes. Entre ellos, resulta especialmente preocupante la pobre ingesta de proteínas. Dichos nutrientes son esenciales para el mantenimiento de la masa muscular. Un aporte inadecuado podría acelerar la aparición de patologías como las sarcopenia, según un estudio publicado en la revista BioMed Research International.
Asimismo, los planes milagro también son restrictivos en lo que a lípidos se refiere. Dado que estos nutrientes aportan una gran cantidad de calorías, se limita en exceso su consumo para generar así un déficit energético elevado, sobre el cual se sustentaría la pérdida de peso.
La realidad es que para conseguir mejorar el estado de composición corporal hace falta algo más que una simple ecuación matemática. Es necesario mejorar los hábitos de vida en general y tener en cuenta determinadas variables, no solo incrementar el déficit calórico.
Además, la restricción de las grasas resulta bastante problemática, ya que altera la homeostasis del medio interno. Por una parte puede afectar a la producción hormonal. Por otra, y según evidencia una investigación publicada en la revista Frontiers in Nutrition, podría agravar las pérdidas de masa muscular.

El resultado de todo esto el que se experimenta un catabolismo del tejido magro excesivo, lo cual repercute en la tasa metabólica basal. Una vez que se retomen los hábitos anteriores, se establecerá un superávit calórico todavía mayor que el generado antes de la implementación de la dieta milagro, lo que derivará en un efecto yo-yo.
Un aporte inadecuado de micronutrientes pone en riesgo la salud
Cuando hablamos de los peligros de las dietas milagro, no solo nos referimos al escaso aporte de macronutrientes y de energía. Existe también un problema a la hora de satisfacer las necesidades de micronutrientes. Y es que la mayoría de estos cuentan con un carácter hidrosoluble, por lo que no existen reservas en el organismo. Es preciso su consumo regular.
Por este motivo, es posible experimentar deficiencias, por ejemplo, de vitamina C. Dicho elemento juega un papel clave en la síntesis de colágeno, según un ensayo publicado en International Journal of Sports Nutrition and Exercise Metabolism, lo cual perjudicaría todavía más el estado de composición corporal.
Asimismo, una falta de la vitamina, combinado con un aporte inadecuado de zinc, puede hacer al sujeto más propenso a desarrollar patologías infecciosas. Ambos elemento son clave para el buen funcionamiento del sistema inmune.
Pero no solo esto. Limitar el aporte de otros micronutrientes podría traducirse en un incremento de la incidencia de enfermedades crónicas y complejas, provocando así un perjuicio en la salud del sujeto.
Huye de las dietas milagro, focaliza en los hábitos
Como has podido comprobar, las dietas milagro no resultan una buena opción para perder peso o para mejorar el estado de salud. Al contrario, generan déficits nutricionales que pueden impactar negativamente sobre la eficiencia del organismo.
A la hora de plantear una pérdida de peso, de nada vale escoger el camino corto. Lo correcto será modificar los hábitos de vida en cuanto a dieta, ejercicio y descanso. Solo así se podrá alcanzar un estado de composición corporal óptimo, sostenible en el tiempo.
Referencias bibliográficas
- Lis DM, Baar K. Effects of Different Vitamin C-Enriched Collagen Derivatives on Collagen Synthesis. Int J Sport Nutr Exerc Metab. 2019 Sep 1;29(5):526-531. doi: 10.1123/ijsnem.2018-0385. PMID: 30859848.
- McGlory C, Calder PC, Nunes EA. The Influence of Omega-3 Fatty Acids on Skeletal Muscle Protein Turnover in Health, Disuse, and Disease. Front Nutr. 2019 Sep 6;6:144. doi: 10.3389/fnut.2019.00144. PMID: 31555658; PMCID: PMC6742725.
- Martone AM, Marzetti E, Calvani R, Picca A, Tosato M, Santoro L, Di Giorgio A, Nesci A, Sisto A, Santoliquido A, Landi F. Exercise and Protein Intake: A Synergistic Approach against Sarcopenia. Biomed Res Int. 2017;2017:2672435. doi: 10.1155/2017/2672435. Epub 2017 Mar 21. PMID: 28421192; PMCID: PMC5379082.
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