Tanto el entreno de cardio como el de fuerza consiguen incrementar el gasto energético diario, lo que resulta clave de cara a perder peso. Sin embargo, las adaptaciones que promueven a nivel fisiológico son bien distintas. Está claro que lo ideal sería combinar ambos tipos de trabajo junto con otros buenos hábitos de vida para lograr optimizar los resultados. Ahora bien, si tuviésemos que quedarnos solo con uno…¿Cuál elegiríamos?
Antes de comenzar hemos de tener en cuenta que a la hora de perder peso no solo es recomendable cuidar la dieta y el entreno, sino que es preciso modificar otras rutinas. Por ejemplo, marcará la diferencia el hecho de dormir bien cada noche. De lo contrario se podría alterar el metabolismo, así como las sensaciones de apetito y saciedad.
Trabajo de cardio para perder peso
El trabajo de cardio es lo más eficiente que existe para perder peso en términos de tiempo para consecución de los resultados. Y es que permite trabajar utilizando ácidos grasos como sustrato energético principal durante la mayor parte del entreno, lo que reducirá el total del tejido adiposo del organismo. Sin embargo, no todo el mundo cuenta con la condición física necesaria para aguantar sesiones de este tipo que realmente provoquen avances significativos.
Pongamos un ejemplo, si durante una semana entrenas a diario 4 horas en bici al 65 % de la frecuencia cardíaca máxima probablemente reduzcas de manera más que notable el porcentaje de grasa corporal. Pero no cualquier cuenta con los medios, tiempo, posibilidades o resistencia como para afrontar un planteamiento de este estilo. La buena noticia es que incluso en ciertas personas se podría llegar a experimentar el beneficio a intensidades más bajas, de en torno al 50 % de la frecuencia cardíaca. Así lo evidencia una investigación publicada en Journal of the International Society of Sports Nutrition.
Efectos del trabajo de fuerza
El trabajo de fuerza, por su parte, provocará cambios más lentos en el estado de composición corporal. Pero a pesar de ello cuenta con varias ventajas. En este caso se utilizan los carbohidratos como sustrato energético principal, pero el cambio a nivel metabólico es significativo. Gracias a este tipo de entreno se consigue mejorar la sensibilidad a la insulina, lo que promueve la movilización y la oxidación de las grasas.
Por otra parte es la mejor alternativa para construir masa magra, siempre y cuando el consumo proteico sea suficiente. Este es el tejido metabólicamente más activo del organismo, por lo que la hipertrofia logrará aumentar el gasto energético en reposo. Gracias a ello será sencillo experimentar un déficit que permite consolidar los cambios positivos en cuanto a composición corporal a lo largo del tiempo.
Hemos de destacar también que el trabajo de fuerza es una de las mejores herramientas para luchar contra la sarcopenia. Un estudio publicado en la revista Biomed Research International lo confirma. Evitar esta patología reducirá la ganancia de peso graso en un futuro y otra serie de problemas de salud asociados.
Lo mejor para perder peso es el trabajo de fuerza
Después de lo expuesto podemos concluir que es mejor alternativa a medio plazo el trabajo de fuerza que el de resistencia para perder peso. La mayor parte de las personas experimentarán mayores cambios en cuanto a composición corporal que se mantendrán a lo largo de los años gracias a las ganancias en cuanto a masa muscular. Asimismo es clave comentar que un esfuerzo aeróbico extendido en el tiempo podría saldarse con destrucción de masa magra si la nutrición no es correcta, algo que nos aleja de los intereses expuestos.
Referencias bibliográficas
- Martone AM, Marzetti E, Calvani R, et al. Exercise and Protein Intake: A Synergistic Approach against Sarcopenia. Biomed Res Int. 2017;2017:2672435. doi:10.1155/2017/2672435
- Purdom T, Kravitz L, Dokladny K, Mermier C. Understanding the factors that effect maximal fat oxidation. J Int Soc Sports Nutr. 2018;15:3. Published 2018 Jan 12. doi:10.1186/s12970-018-0207-1