A pesar de su mala fama el cannabis cuenta en su interior con una serie de compuestos que podrían resultar beneficiosos para la salud, siempre que se consuman en las dosis adecuadas. Eso sí, es determinante evitar aquellos con efectos psicotrópicos para evitar perjuicios a largo plazo que puedan terminar provocando un mal funcionamiento de algunos órganos. En concreto, voy a hablarte del CBD, también conocido como cannabidiol.
Este elemento es uno de los cannabinoides existentes en el interior de la planta del cáñamo. A diferencia del THC (el más conocido de todos ellos) no cuenta con un efecto psicotrópico, por lo que no genera daños sobre la salud a medio y a largo plazo. De hecho, se le otorgan ciertas propiedades antiinflamatorias y analgésicas que podrían resultar positivas para el tratamiento de algunas patologías.
¿Cómo se consume el CBD?
El CBD es un compuesto que se puede adquirir sin receta, en muchos comercios y tiendas online dentro de los países de la Unión Europea. Cuenta con certificación de calidad en cuanto a su producción y, normalmente, se comercializa como elemento de uso tópico. Lo más habitual es encontrarlo en cremas o aceites destinados a su aplicación sobre la piel para tratar dolores e inflamaciones.
No obstante, lo cierto es que sus beneficios son más relevantes cuando el CBD es ingerido vía oral. De hecho, muchos países ya contemplan este método de consumo, aunque no es el caso del territorio español. Aun así, lo más frecuente es colocar un par de gotas del aceite debajo de la lengua para potenciar su absorción y beneficiarse de las propiedades analgésicas y antiinflamatorias de la sustancia. Es más, en muchas farmacias ya puede adquirirse en comprimidos, combinado con melatonina.
¿Cuáles son sus beneficios?
Entre los principales beneficios del CBD hay que citar la capacidad de la sustancia para mejorar la calidad del sueño, induciendo un estado de relajación. También se puede utilizar para reducir el dolor crónico y para tratar estados inflamatorios. Incluso en los últimos años se está extendiendo su uso a nivel deportivo, con el objetivo de maximizar la recuperación entre competiciones o sesiones de alta intensidad. Existen ciertas evidencias conforme podría resultar útil para prevenir estados depresivos o alteraciones emocionales.
De acuerdo con una investigación publicada en la revista European Journal of Medicinal Chemistry, incluso podría ser utilizado para prevenir el desarrollo de patologías neurodegenerativas. No obstante, queda bastante por descubrir al respecto. Aun existen varias dudas en cuanto a la fisiología del elemento, aunque resulta prometedor.
Lo mejor de todo es que parece un compuesto muy seguro. Más allá de ciertas interacciones farmacológicas (sobre todo con antidepresivos) y contextos limitantes (embarazo, lactancia, adolescencia), se trata de un producto que ofrece un perfil de seguridad elevado y que apenas cuenta con efectos secundarios. De hecho, la mayor parte de ellos están relacionados con la somnolencia.
Posología
El punto de mayor debate tiene que ver con la posología del CBD, ya que los estudios llevados a cabo son bastante heterogéneos entre si. No existe un consenso sobre la dosis óptima según la función que se quiera potenciar, por lo que en la práctica se utiliza un modelo de ensayo-error en el que se comienza con dosis muy bajas, de un par de gotas sublinguales del aceite al día.
Otro punto importante es que el tipo de producto adquirido puede importar a la hora de evaluar los efectos. Aunque es posible encontrar aislados de CBD que no cuentan con THC u otros neurotransmisores en su interior, estos presentan un beneficio bastante limitado, casi nulo.
Los que mejores resultados ofrecen son los aceites denominados full spectrum, es decir, aquellos que cuentan con todos los cannabinoides de la planta. A pesar de que estos contienen THC en su interior, la cantidad de este elemento es totalmente residual, menor del 0,01 % del total. Por este motivo, no da positivo en los controles antidoping (con la legislación aplicada a partir de Enero de 2021) ni genera problemas de salud a medio plazo.
CBD, un producto con mucho futuro
A día de hoy todavía faltan evidencias sólidas acerca de los beneficios del CBD en muchos casos. Su aplicación para el tratamiento del insomnio o del dolor crónico es lo que más claro está dentro de la comunidad científica. Ahora bien, los ensayos que se están desarrollando en la actualidad son prometedores.
Lo que está claro es que será preciso desarrollar una posología adecuada del elemento según el problema a tratar, así como un perfil concreto de los posibles riesgos a medio y a largo plazo y de las interacciones farmacológicas. Lo mejor es consultar con un profesional de la salud antes de disponerse a consumir este compuesto. Del mismo modo, será preciso modificar los hábitos de vida hacia un estilo más saludable para conseguir que la sustancia desarrolle todo su potencial.
Referencias bibliográficas
- Li, H., Liu, Y., Tian, D., Tian, L., Ju, X., Qi, L., Wang, Y., & Liang, C. (2020). Overview of cannabidiol (CBD) and its analogues: Structures, biological activities, and neuroprotective mechanisms in epilepsy and Alzheimer’s disease. European journal of medicinal chemistry, 192, 112163. https://doi.org/10.1016/j.ejmech.2020.112163
- Crippa, J. A., Guimarães, F. S., Campos, A. C., & Zuardi, A. W. (2018). Translational Investigation of the Therapeutic Potential of Cannabidiol (CBD): Toward a New Age. Frontiers in immunology, 9, 2009. https://doi.org/10.3389/fimmu.2018.02009