Contenidos
- Las bases en la dieta para la diabetes de tipo 2
- Proteínas y grasas en la dieta para la diabetes de tipo 2
- La necesidad de plantear una pauta hipocalórica
- Suplementos para el manejo de la diabetes de tipo 2
- Ayuno intermitente en la dieta para la diabetes de tipo 2
- Ejemplo de menú en la dieta para la diabetes de tipo 2
- Referencias bibliográficas
La dieta para la diabetes de tipo 2 tiene como objetivo mejorar el control glucémico y, junto con un trabajo de fuerza complementario, lograr la reversión de la patología. Y es que aunque hasta hace pocos años se pensaba que era crónica e incurable, se ha comprobado que es posible que remita si se encuentra en estadíos iniciales o si se cambian los hábitos radicalmente.
Pero antes de comenzar hemos de hacer hincapié en que la diabetes es una patología silenciosa que no genera demasiada sintomatología hasta que está bien asentada. Incrementa significativamente el riesgo de muerte por cualquier otra causa, siendo más probable que se llegue a desarrollar otra enfermedad compleja una vez que el control glucémico y la función mitoncondrial se han deteriorado.
Las bases en la dieta para la diabetes de tipo 2
El planteamiento de la dieta para la diabetes de tipo 2 ha evolucionado mucho durante los últimos años. Hasta hace poco se apostaba por una repartición equitativa de los carbohidratos a lo largo del día para facilitar el mantenimiento de un nivel de azúcar en sangre estable. Sin embargo esta enfermedad cursa con un problema en el uso y movilización de los carbohidratos, por lo que en la actualidad se apuesta por reducir su ingesta dietética.
Cabe destacar que antes de experimentarse diabetes como tal se genera una resistencia progresiva a la insulina. El organismo pierde la capacidad de elegir adecuadamente el sustrato energético para cada momento, teniendo además dificultades para oxidar ácidos grasos almacenados. A todo esto se le suma un estado inflamatorio y oxidativo que compromete la eficiencia en los procesos mitocondriales.
Por este motivo lo ideal es bajar drásticamente el aporte de hidratos de carbono en estos casos. Lo que se produce así es una recuperación progresiva de la sensibilidad a la insulina, enseñando al cuerpo humano a oxidar cada vez más cantidad de lípido para hacer frente a las demandas energéticas generadas por una actividad de baja intensidad o por condiciones basales.
De hecho, la dieta cetogénica cuenta cada vez con más evidencia en estos casos. Es cierto que en contextos de diabetes de tipo 1 no se debería implementar sin supervisión y un control previo, pero cuando el problema es la diabetes de tipo 2 resulta mucho más segura y efectiva. Con ello lo que se consigue es un mantenimiento efectivo de las glucemias, todavía con mayor impacto cuando se combina la pauta dietética con ejercicio físico.
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Proteínas y grasas en la dieta para la diabetes de tipo 2
La diabetes de tipo 2 provoca un estado conocido como «resistencia anabólica». Esto quiere decir que el cuerpo cuenta con dificultades para generar tejido magro, algo indispensable para retornar un buen control inflamatorio y oxidativo. Por este motivo será preciso, además de plantear un trabajo con cargas, optimizar el aporte de proteínas. Estos nutrientes favorecen la adaptación y ayudan a mantener elevada la saciedad, evitando así una situación de superávit energético que podría dificultar el tratamiento.
Por este motivo lo aconsejable es en la dieta para la diabetes de tipo 2 garantizar al menos 1,4 gramos de proteína por kilo de peso al día, en combinación con actividad física con una progresión en cuanto a la intensidad. A parte habrá que garantizar la ingesta de grasas de calidad. En este caso hay que minimizar el consumo de ácidos grasos trans y priorizar los insaturados, sobre todo los ácidos grasos de la serie omega 3.
Con las grasas saturadas se está demostrando que no hay demasiado problema. Sobre todo cuando proceden de alimentos frescos como los lácteos. Aun así, la sustitución parcial de estos elementos de origen animal por otros insaturados, como los mencionados omega 3, provocan beneficios sobre el control glucémico y sobre la reducción del estado inflamatorio. Dar mayor frecuencia al consumo de pescado frente a la carne es sin duda positivo bajo este contexto.
La importancia de los vegetales
Otra de las claves a la hora de plantear la dieta para la diabetes de tipo 2 es incrementar el consumo de vegetales. Pero aquí habrá que priorizar las hortalizas y las verduras frente a las frutas. Al menos mientras el control glucémico sea deficiente. Es posible dentro de estas últimas incluir algún puñado de frutos rojos por su concentración en antioxidantes, pero tratando de no sobrepasar 1 o 2 raciones diarias.
Las verduras de hoja verde o las crucíferas cuentan con muchas evidencias favorables en el manejo de la diabetes. Del mismo modo que las especias culinarias, también beneficiosas aquí, son fuente de polifenoles. Estos elementos facilitan la dinámica mitocondrial y evitan daños durante la replicación del ADN, provocando alteraciones positivas a nivel epigenético que facilitan el mantenimiento de un nivel de glucosa en sangre adecuado.
Por este motivo en todas las comidas principales deben aparecer alimentos de origen vegetal. Se pueden introducir también productos como los frutos secos y las semillas. Son fuente de minerales que generan efectos positivos. Solo que en este caso habrá que tener en cuenta que son comestibles bastante energéticos, para no alterar el balance hipocalórico que se pretende alcanzar al final del día.
La necesidad de plantear una pauta hipocalórica
Además de limitar la presencia de los carbohidratos en la dieta será determinante que la dieta para la diabetes de tipo 2 tenga un carácter hipocalórico. Hablamos de una patología asociada frecuentemente al sobrepeso y a la obesidad. Retornar a un nivel adecuado de adiposidad subcutánea supondrá uno de los puntos de inflexión en el tratamiento. Para ello es preciso gastar más calorías de las que se ingieren, siendo sostenible un déficit de hasta 500 calorías en cada jornada.
Por supuesto la mejor alternativa para alcanzar dicha situación es actuar por la parte del gasto. Muchas personas no son capaces de reducir más la ingesta energética, bien porque no comen mucho o porque han llegado a una zona de estancamiento. Manipulando la energía empleada por la actividad física se consiguen mejores resultados. Lo ideal es plantear un trabajo de fuerza cada vez más intenso, con progresión en los pesos utilizados.
Además será clave incrementar el NEAT. Esto es el gasto energético derivado de la actividad física no considerada como deporte. Nos referimos aquí a caminar, realizar labores del hogar, incluso el trabajo si no es sedentario…Como objetivo se propone alcanzar 7000-10000 pasos al día, siendo esta una recomendación que cuenta con bastantes evidencias a la hora de reducir el riesgo de muerte prematura por cualquier causa.
Suplementos para el manejo de la diabetes de tipo 2
El foco siempre se debe colocar en los hábitos. Pero es cierto que existen algunos compuestos que son capaces de facilitar el control glucémico, ayudando así al paciente a avanzar más rápido durante las primeras semanas. Destacamos los siguientes:
- Cafeína: este alcaloide promociona el uso de ácidos grasos en lugar de carbohidratos como fuente de energía para la realización de actividades, por lo que puede ayudar a movilizar los depósitos y a reducir la inflamación.
- Capsaicina: incrementa ligeramente la temperatura corporal y con ello el gasto energético basal. Además actúa como antiinflamatorio, mejorando la función mitocondrial.
- Extracto de té verde o de café verde: ambos productos cuentan en su interior con muchos polifenoles con capacidad antioxidante. Gracias a ellos el proceso de obtención de energía a partir de los nutrientes se vuelve mucho más eficiente, reflejándose también en la sensibilidad a la insulina.
- Picolinato de cromo: ayuda a reducir el nivel de glucosa en sangre y el apetito. Facilita la adherencia a una pauta hipocalórica y puede afectar positivamente a la función pancreática.
- L-carnitina: es más eficiente en personas con obesidad, pero en cualquier caso participa en la entrada de ácidos grasos a la mitocondria, facilitando su oxidación.
- Extracto de canela: la canela en polvo cuenta con el mismo efecto, pero el extracto es algo más poderoso. Actúa como hipoglucemiante reduciendo el nivel de azúcar en sangre y contribuyendo a recuperar la sensibilidad a la insulina.
- Creatina: en combinación con el entrenamiento de fuerza es probablemente lo que más va a impactar a la hora de tratar la diabetes de tipo 2. Facilita la ganancia de fuerza y la construcción muscular, clave para vencer la resistencia anabólica. Un mayor nivel de masa muscular es determinante para equilibrar la inflamación y la oxidación y para prevenir, tratar o revertir la patología.
Ayuno intermitente en la dieta para la diabetes de tipo 2
Los protocolos de restricción energética están acumulando muchas evidencias favorables en el tratamiento de la diabetes de tipo 2. El ayuno intermitente resulta una de las opciones preferidas, ya que facilita un entorno hipocalórico con una gran adherencia. Lo mejor en estos casos sería retirar el desayuno o la cena. Ambas suelen ser las comidas de peor calidad en el día, habitualmente con alto contenido en azúcares simples o en alimentos ultraprocesados.
Además el hecho de pasar tiempo sin ingerir alimentos facilita el control glucémico. Varios ensayos han mostrado beneficios del ayuno intermitente frente a una restricción energética similar con un modelo de más comidas. Pero es cierto que en cualquier caso conviene optimizar el aporte proteico para evitar la destrucción muscular.
Por otro lado hay que poner el foco en el descanso nocturno, siendo este uno de los fallos de la mayor parte de la gente. Si el descanso no es bueno se altera la preferencia por los alimentos dulces al día siguiente, provocando una apetencia superior por los ultraprocesados. Además el apetito puede verse incrementando también. Incluso se altera el ritmo biológico interno determinado por los ritmos circadianos, provocando mayor inflamación y una reducción en la sensibilidad a la insulina.
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Ejemplo de menú en la dieta para la diabetes de tipo 2
A continuación vamos a mostrar un menú que podría ser aplicado en la dieta para la diabetes de tipo 2. Pero hemos de recordar que esta es una alternativa general, que requiere después individualización en cuanto a cantidades. También puede ser susceptible a cambios teniendo en cuenta cuestiones individuales como alergias o intolerancias.
Desayuno
Yogur con frutos secos y arándanos. Café.
Media mañana
Crudités de verduras con hummus de garbanzos.
Almuerzo
Salmón a la plancha con patata cocida y brócoli. Yogur.
Merienda
Un puñado de nueces
Cena
Salteado de pollo y verduras al curry
Referencias bibliográficas
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