Aunque durante muchos años se ha afirmado lo contrario, consumir carne fresca no resulta perjudicial ni peligroso para la salud. Esta clase de alimentos cuentan con una alta densidad nutricional. Son capaces de aportar proteínas del más alto valor biológico y un buen compendio de minerales esenciales necesarios para que el organismo funcione de manera correcta.
Ahora bien, la carne fresca ha de ser incluida en el contexto de una dieta variada y equilibrada para que se experimenten beneficios a partir de su consumo. En el caso de desarrollarse un déficit de micronutrientes podría ponerse en peligro el correcto funcionamiento de la fisiología. Bajo este escenario el estado de salud puede verse dañado.
No es lo mismo la carne fresca que la carne procesada
Cuando hablamos de carne debemos hacer una diferenciación entre la carne fresca y la procesada. Esta última se caracteriza por contener aditivos alimentarios en su interior, por lo que su salubridad puede verse condicionada. En concreto, la carne procesada suele concentrar nitritos, conservantes que aumentan la vida útil del producto pero a costa de poner en riesgo el buen funcionamiento del organismo. De hecho, se ha demostrado que la ingesta regular de los mismos consigue incrementar la incidencia de varios tipos de cáncer asociados al tubo digestivo.
Por este motivo es fundamental huir de esta clase de comestibles. Aun así, algunos de los estudios que analizan el consumo de carne en general (procesada o no) y el riesgo de muerte por cualquier causa no consiguen sentar evidencias sólidas al respecto. Y eso que sí que parece claro que muchos de los aditivos añadidos resultan perjudiciales. La clave puede estar en analizar todo el conjunto, ya que un aporte elevado de antioxidantes por medio de los vegetales podría reducir el impacto de los nitritos y derivados.
La carne roja no incrementa el riesgo de muerte
Como has visto, la carne fresca no se relaciona con un mayor riesgo de muerte, ni siquiera la carne roja. Es cierto que estos productos concentran en su interior una mayor cantidad de ácidos grasos saturados, pero esto no es para nada negativo. El problema de dichos compuestos viene cuando se someten a procesos térmicos agresivos.
Por la disposición de sus enlaces moleculares son sensibles al calor, lo que consigue provocar una transformación en estos lípidos de tipo cis a tipo trans. Dichos compuestos sí que son capaces de ejercer un efecto nocivo sobre el organismo, tal y como evidencia una investigación publicada en la revista Diabetes & Metabolic Syndrome.
Realmente es importante elegir buenos métodos de cocción. La plancha, el horno o la cocción con agua son los mejores. Se deben evitar los fritos, los rebozados y las brasas. En todos estos casos se generan compuestos que resultan tóxicos en el caso de que aparezcan en la dieta de forma regular y de que se acumulen en el organismo.
¿Cuántas veces se puede comer carne por semana?
La carne, según hemos comentado, es un alimento con alta densidad nutricional. Por este motivo debe aparecer en la pauta con cierta frecuencia. Es cierto que resulta una estrategia positiva incrementar el consumo de pescado frente al de carne, pero esto no quita que estos últimos productos se pueden consumir en 3 o 4 ocasiones cada semana.
Ahora bien, uno de los pilares de la dieta saludable es la variedad, por lo que también habrá que asegurar el consumo de huevos y de lácteos. De este modo se conseguirán cubrir los requerimientos proteicos con mayor facilidad, lo que repercutirá en un mejor estado de salud a medio plazo. Hay que recordar que quedarse corto en proteínas puede provocar un mayor apetito, a parte de generar catabolismo en la masa magra.
La carne fresca es buena para la salud
La carne fresca es un alimento positivo y saludable. Cuenta con una cantidad significativa de nutrientes de calidad, por lo que debe estar presente en la dieta con cierta regularidad. Eso sí, siempre habrá que aplicar métodos de cocción poco agresivos para no dañar el producto, evitando así la génesis de compuestos tóxicos.
Recuerda que para que el organismo funcione de manera óptima habrá que combinar ciertos hábitos de vida saludables. Optimizar la dieta es fundamental, pero será necesario practicar ejercicio físico de manera regular y dormir al menos 7 horas de calidad cada noche.
Referencias bibliográficas
- Karwowska, M., & Kononiuk, A. (2020). Nitrates/Nitrites in Food-Risk for Nitrosative Stress and Benefits. Antioxidants (Basel, Switzerland), 9(3), 241. https://doi.org/10.3390/antiox9030241
- Islam, M. A., Amin, M. N., Siddiqui, S. A., Hossain, M. P., Sultana, F., & Kabir, M. R. (2019). Trans fatty acids and lipid profile: A serious risk factor to cardiovascular disease, cancer and diabetes. Diabetes & metabolic syndrome, 13(2), 1643–1647. https://doi.org/10.1016/j.dsx.2019.03.033