Lo primero que quiero aclarar es que el objeto de este artículo en ningún caso es que el lector abandone la terapia antineoplásica para tratar de curar el cáncer a través de vías alternativas. Más bien al contrario. Se ofrecerá información basada en la evidencia reciente de las opciones que existen para potenciar y mejorar los efectos del tratamiento adecuando la alimentación, pudiendo reducir incluso los efectos secundarios.
Y es que al fin y al cabo hablamos de una patología compleja. Está claro que el ambiente modula el riesgo de sufrirla y su pronóstico, pero no es solo el único determinante. Lo mejor es siempre analizar cada caso por separado y ofrecer un planteamiento que se adapte a las características individuales, buscando la adherencia y la comodidad.
Restringir carbohidratos para curar el cáncer
Hace algunas décadas se estableció que la glucosa es el principal combustible energético de las células tumorales. A partir de aquí se propuso que la restricción de los carbohidratos podría resultar eficiente de cara a limitar el crecimiento de los tejidos malignos. Varias investigaciones recientes avalan el potencial de dicho mecanismo, que de hecho se considera eficiente.
Ahora bien, no todo el mundo se adapta correctamente al contexto de una dieta cetogénica. Y menos cuando existe un tratamiento de quimioterapia complementario. En estos casos puede ser mejor opción reducir el aporte de azúcares sin llegar a plantear una restricción tan férrea que coloque a los hidratos de carbono por debajo de los 50 gramos al día.
Además, la apoptosis o destrucción de las células tumorales no solo está mediada por los problemas a la hora de conseguir sustrato. Existen diferentes vías bajo las cuales se consigue un resultado similar. Se puede buscar la potenciación de la función inmune, por ejemplo. También una reducción de la inflamación crónica y de los mecanismos oxidativos. Para esto último la práctica de ejercicio de alta intensidad parece una buena solución, según un estudio publicado en International Journal of Molecular Sciences.
Nutrientes que mejoran el pronóstico
Es importante comentar que se han detectado algunos nutrientes o elementos presentes en ciertos alimentos que mejoran el tratamiento farmacológico y que pueden facilitar la resolución del tumor. Sobre todo nos referimos a antioxidantes. De entre ellos los más estudiados por su acción contra el cáncer son la curcumina y las antocianinas. También el licopeno y otros fitoquímicos presentes en la crucíferas.
No solo es positiva su inclusión en la pauta por medio de los comestibles, sino que la suplementación podría contribuir en muchas ocasiones. Esto sí, existe cierta discordancia respecto a las dosis a utilizar. Sucede un poco lo mismo con el caso de las vitaminas C, D y E. Se han mostrado beneficios cuando se incluyen en dosis supradietéticas, pero falta dilucidar cuál es la dosificación oportuna.
Por último habría que hablar del omega 3. Este ácido graso contribuye a reducir los mecanismos inflamatorios en el medio interno, algo que resulta de gran ayuda a la hora de prevenir o de tratar procesos relacionados con el cáncer. El gran problema es que el aporte de DHA en la pauta suele ser insuficiente. Sobre todo cuando lo comparamos con la ingesta de omega 6. Por ello recurrir a suplementos parece la mejor opción para equilibrar dicha balanza.
El cáncer también se trata con una buena alimentación
La medicina ha permitido resolver casos de cáncer de forma cada vez más eficiente. Los avances de la cirugía son determinantes para ello. Sin embargo, no debemos olvidar que nos encontramos frente a una patología con un componente ambiental muy marcado. Tanto en la prevención como en el tratamiento marcará la diferencia el hecho de plantear una modificación de hábitos, buscando así equilibrar los mecanismos inflamatorios y oxidativos.
Recuerda que lo mejor siempre es ponerse en manos de un especialista para ello. No hay que dejarse guiar por gurús o experimentar con dietas milagro. Y no debemos de olvidar que nunca resulta un sustituto del tratamiento prescrito por el oncólogo. Si quieres contar con mi ayuda de forma personalizada, puede hacerlo desde este link.
Referencias bibliográficas
- Raun, S. H., Buch-Larsen, K., Schwarz, P., & Sylow, L. (2021). Exercise-A Panacea of Metabolic Dysregulation in Cancer: Physiological and Molecular Insights. International journal of molecular sciences, 22(7), 3469. https://doi.org/10.3390/ijms22073469